STAFF/ Eliza Flores @eliz_ffp
En Morelia las tiendas de uniformes que se encuentran en la zona de Capuchinas se observan vacías y ya hasta con otro tipo de mercancía, pues debido al aislamiento y las clases en línea por la pandemia del COVID-19 los padres de familia se han ausentado de estos lugares, toda vez que no es obligatorio que los estudiantes los usen.
Lo anterior ha ocasionado que los negocios que se dedican a la venta de prendas escolares estén pasando por una crisis bastante profunda, tal es el caso de «Uniformes Erick» quienes tuvieron que cerrar sus puertas en plena temporada de compra de útiles y uniformes.
Más de tres décadas tenía el local en donde se podían obtener prendas escolares a precios bastante accesibles, hoy en día dentro de los locales que ocupaba el señor Erick hay una tienda de cobijas y otro de disfraces y cubrebocas, siendo este último una prenda bastante utilizada.
Los otros locales que se encuentran en la plaza se observan sin clientes, pese a que, a estas alturas de las vacaciones de verano y semanas previas al regreso a clases, ya tenían filas de padres de familia, quienes buscaban faldas, pantalones, camisas y hasta un escudo distintivo de las secundarias públicas.
«Mira estamos solos, tenemos prendas en ofertas, pero nadie viene a comprar, solo regresan a clases las preparatorias y nosotros no vendemos esos uniformes», contó Guadalupe Mendoza, quien es empleada en una de las tiendas de Capuchinas.
La falta de protocolos sanitarios para el regreso a clases, la nula vacunación a niños, adolescentes y jóvenes, sumado a un sistema educativo en colapso, han pasado la factura a los negocios que sobreviven de la venta de uniformes.