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En una pequeña aula improvisada, 20 niños centroamericanos reciben clases en un campamento de migrantes a un costado de la garita “El Chaparral”, en México, en donde se encuentran esperando el reinicio de trámites de asilo a Estados Unidos.
Los niños tienen entre 9 y 13 años y se encuentran varados en Tijuana, Baja California, ellos toman clases en sillas y mesas que les regalaron personas que asisten a dar ayuda, de acuerdo al medio Milenio.
Son tres mujeres las que se han ofrecido de voluntarias para dar las clases a los pequeños provenientes de Honduras y quienes aunque no tienen cursada más que la escuela primaria, ayudan a los pequeños a prender a escribir.
“Ya ve que hay muchos niños y pensamos que una escuelita está bien. Resultamos tres maestras voluntarias y somos las que estamos impartiendo”, señaló Victoria Rodríguez, quien dejó Honduras porque su familia fue víctima de las pandillas.
