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Ciudadanos Emergentes… 8M: El feminismo es el principal movimiento opositor en México

Este lunes 8 de marzo (8M), Día Internacional de la Mujer, miles de mujeres salieron a las calles de diversos estados de México

By: Arturo Ismael Ibarra

Entre un cúmulo de batallas ganadas y perdidas, el feminismo se ha consolidado como el principal movimiento contestatario en México no solo por su accionar coyuntural, también por su análisis histórico sobre la opresión de género y por formular propuestas para eliminarla desde lo institucional, comunitario y personal.

Este lunes 8 de marzo (8M), Día Internacional de la Mujer, miles de mujeres salieron a las calles de diversos estados de México Más de 500 mujeres marcharon sobre la avenida Costera Miguel Alemán, en Acapulco, joya turística del estado de Guerrero, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer (8M) y exigir garantías hacia una vida libre de violencia. El contingente partió del Zócalo del Puerto, encabezado por “Revolución Violeta”.sin resolver y a la violencia de género, así como para revalorar la paridad de género.

Bajo el lema “Ni una menos”, las manifestantes en Ciudad de México (CDMX) partieron durante la tarde del Monumento a la Revolución y de la Estela de Luz, con destino al zócalo capitalino.

Durante la movilización, denominada Marcha M8, algunas inconformes encapuchadas y vestidas de negro hicieron pintas para exigir justicia por los feminicidios.

Al llegar a la Plaza de la Constitución, las feministas que conmemoraban el 8M derribaron una sección de la valla que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mandó colocar en Palacio Nacional para evitar “provocaciones” con las fuerzas del orden en este Día Internacional de la Mujer.

Miles de mujeres de todo México salieron el lunes a las calles para conmemorar el Día Internacional de la Mujer (8M). 

Más de 500 mujeres marcharon sobre la avenida Costera Miguel Alemán, en Acapulco, joya turística del estado de Guerrero, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer (8M) y exigir garantías hacia una vida libre de violencia. El contingente partió del Zócalo del Puerto, encabezado por “Revolución Violeta”.

  • “Morras Organizadas de Xalapa” y “Marea Verde” encabezaron las marchas
  • Gritaron consignas por las víctimas de feminicidios y el acoso y abuso policial

Las feministas se manifestaron en el Día Internacional de la Mujer con pancartas, en reconocimiento por las víctimas de desaparición forzada. Colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en México se sumaron a los contingentes. Mujeres vestidas de luto realizaron varios perfomance en la Plaza Sebastián Lerdo de Tejada.

La marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer en Michoacán culminó en destrozos a edificios del Centro Histórico de Morelia, incluido el Palacio de Gobierno. La marcha arrancó a las 16:30 horas desde la fuente de Las Tarascas, con un contingente aproximado de 2 mil 500 personas divididas en tres sectores:

  • Familias de víctimas de violencia
  • Grupo mixto
  • Mujeres

Laura Castellanos es periodista feminista que escribe de subversiones, autora del libro ‘Crónica de un país embozado 1994-2018’.  Expresa. “En 2020 participé en las dos protestas de mujeres más multitudinarias y cimbreantes de la historia mexicana: la manifestación del 8 de marzo (8M) en la capital, que sumó más de 200,000 participantes según las convocantes, y el paro económico nacional “Un día sin nosotras” que se realizó un día después, que provocó pérdidas estimadas en 37,000 millones de pesos (1,850 millones de dólares) según la Asociación Mexicana de Dirección de Recursos Humanos.

Como parte de las protestas globales, en México marchan con rabia para exigir el fin de la más grave crisis de violencia de género en el país, que el COVID-19 solo ha ahondado. El saldo oficial hoy registra más de 20,000 mujeres desaparecidas y 10 asesinadas en promedio cada día.”

El confinamiento sofocó el ímpetu de las protestas públicas del feminismo, pero la legitimidad de sus causas y su combatividad e ingenio para defenderlas han irrumpido en la agenda política y de los medios de comunicación, al tiempo que ha expandido y diversificado su base social. Su fuerza lo ha convertido en el movimiento opositor más potente contra el orden patriarcal en México.

Asombran sus logros conseguidos en un año. Puso en vilo la candidatura de Félix Salgado Macedonio a la gubernatura de Guerrero, con dos denuncias por violación y tres acusaciones de abuso y acoso sexual; obtuvo la despenalización del aborto en Oaxaca, antes solo vigente en la capital; y legisladoras de todos los partidos han impulsado la inclusión de la paridad de género en 86 leyes, entre ellas la que rige las candidaturas electorales, que deberá cumplirse en los comicios de junio este año.

Salgado Macedonio fue postulado por Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha respaldado y redujo su caso a un golpeteo de sus adversarios. El presidente personifica al patriarcado mexicano: desoye a las mujeres; recorta el presupuesto de programas públicos; desdeña las causas de las feministas ­­como la despenalización del aborto; dice que somos manipuladas por los conservadores, y para este 8M mandó blindar Palacio Nacional con una enorme valla metálica, algo nunca antes visto. Sin duda, él es el atizador más porfiado de la rabia en los feminismos que existen en el país.

Es un movimiento amplio de activistas de distintas generaciones, clases sociales, identidades raciales y de género, militancias políticas y formas de pensamiento y acción, en el que también están quienes no se asumen feministas pero comparten sus causas prioritarias: erradicar la violencia y la opresión de género, y la despenalización del aborto.

Si bien tal constelación de feminismos comparte una ideología antipatriarcal, no conforma un movimiento social tradicional con jerarquía, líderes encumbrados en riesgo de ser cooptados o perseguidos, agenda de trabajo unificada y un territorio de acción focalizado. Es un movimiento diverso, horizontal, transgresor y autogestivo. Particularmente la cuarta ola feminista. Y eso, precisamente, es lo que desquicia al orden patriarcal.

La cuarta ola es la expresión más frondosa, beligerante y provocadora del movimiento feminista. La conforman decenas de colectivos, autodenominados “colectivas”, que se han multiplicado en los últimos dos años. Les dan vida jóvenes que rondan los 20 y 30 años, el rango de edad más expuesto a la violencia de género.

La omnipresencia del feminismo y la multiplicidad de sus acciones subversivas funcionan como una guerra de guerrillas. En ella, fuerzas irregulares, que pueden ser una sola persona o células, enfrentan a un enemigo de mayor volumen. Lo atacan al unísono o por separado, en un solo punto o de forma dispersa, para desquiciarlo y resquebrajar su superioridad. Estas acciones contra la violencia de género suelen ser expresión de la rabia y la desesperación ante la impunidad.

Con ello colocaron, inesperadamente, la demanda histórica del feminismo por el derecho al aborto en las agendas legislativas de dos estados.

Otras mujeres han elegido las redes sociales como campo de batalla y algunas han salido triunfantes. Ahí el movimiento #MeToo desató encauzamientos penales contra agresores sexuales como el escritor Andrés Roemer. Y saltó a la plataforma de YouTube cuando la youtuber Nath Campos, desde su canal, hizo pública su denuncia de violación sexual contra el youtuber conocido como Rix, lo que derivó en su arresto y vinculación a proceso.

Pero las victorias son la minoría, porque el pacto patriarcal entre hombres les garantiza un ejercicio de poder supremacista e impune, sea social o desde el aparato de Estado. Así ignora o descalifica las denuncias, intimida o persigue o estigmatiza a las denunciantes, retuerce la procuración de justicia, o violenta sus protestas, como Amnistía Internacional advirtió que sucedió en los estados de Sinaloa, Estado de México, Guanajuato, Chihuahua, Ciudad de México y Quintana Roo.

El que en su interior exista un proceso de redefinición de posturas y conceptos habla de su viveza. Pero la amplitud de colectivas sin una agenda común regional o nacional, difumina su fuerza. Y como cualquier otro movimiento, también tiene contradicciones y pugnas internas, a veces virulentas, que lo desgastan.

Su reto es abrir la reflexión y articulación común entre generaciones o posicionamientos distintos. Y espacios de diálogo entre vertientes enfrentadas, como la trans incluyente y excluyente. No olvidemos que el enemigo es el orden patriarcal.

Arturo Ismael Ibarra Dávalos. Licenciado en Derecho por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Catedrático de la misma. Preside la asociación civil Bien Común Michoacán, Abogado de Laborissmo, “Por la Mejora en el Ámbito del Trabajo”. Secretario General del Foro Política y Sociedad.  Maestrante de la Maestría en Ciencias, con Especialidad en Políticas Públicas del Instituto Iberoamericano de Desarrollo Empresarial (INIDEM)

Correo electrónico de contacto arturoismaelibarradavalos@hotmail.com

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