STAFF/Eliza Flores-eliz_ffp
El Pantera Figueroa es un abuelito muy querido por la comunidad deportiva en todo México, nacido en el estado de Guerrero, durante su juventud vivió en la CDMX, pasó por Oaxaca, pero Morelia le robó el corazón.
Decidió quedarse a vivir en la ciudad con sus cuatro hijos, ya que el auge del frontón en la ciudad estaba creciendo. “Antes jugaba fútbol, pero una lesión me retiró de la cancha y me presentó la raqueta” comenta el señor José Figueroa.
Con su esposa hace casi 35 años abrió el pequeño taller en el que trabaja vendiendo y reparando raquetas, con lágrimas en los ojos cuenta que su viejita falleció el pasado mes de diciembre. El arte de encuerdar lo ha transmitido a sus hijos y nietos, los más pequeños esperan la hora para salir a jugar a la cancha.
La unidad deportiva que se encuentra enfrente de su negocio le asegura una entrada de dinero, sin embargo, recibe raquetas de todo el país para reparar, cuenta con clientes de toda la República.
Como profesor duró 18 años, comenzó a dar clases porque observó que la zona se encontraba con un problema de alcoholismo, por lo que decidió abrir escuelas, “Quería que los niños y jóvenes de alejaran de los vicios, en aquel tiempo era una barbaridad, ahora es más bonito”.
También cuenta que hace muchos años gestionó se crearán regaderas y baños para los conocidos “frontones 1o de Mayo”, con su buen amigo y tocayo Fausto Vallejo Figueroa, quien lo apoyó por el arduo trabajo que se desarrolló con la juventud en aquella época.