STAFF/ César Hernández /@CesarHdzNoti / Fotos Colab. Esp. Eliza Flores
Con el enojo y la tristeza reflejada en sus miradas llenas de incertidumbre e interrogantes, pero con un ánimo como lo muestran cada 15 días para alentar a su equipo en el estadio Morelos, la tarde de este domingo se registró las más grande de las movilizaciones que se han registrado en la semana en la capital michoacana, de parte de los aficionados de Monarcas después, de que se dio a conocer una posible mudanza a Mazatlán, y que si bien aún no ha sido confirmada, a 8 días de que se haya soltado el rumor, muchos lo dan como un hecho.
Miles de personas, al menos unas tres mil apróximadamente, salieron hoy por las calles del Centro Histórico de Morelia para manifestar su malestar por esta decisión y pedir que el equipo se quede en casa.
Una larga fila de seguidores de la Monarquía tapizó la avenida Madero, mientras cientos de vehículos iban detrás del contingente, provenientes del estadio Venustiano Carranza, antigua casa del entonces Atlético Morelia y donde se ganó su ascenso a la primera división en 1981; por lo que la partida fue emblemática, tanto a pie como en caravana motorizada; muchos con cubrebocas pero sin guardar la sana distancia. 
Gritando, bailando, tocando instrumentos y echando muchas porras para hacer sentir las ganas de conservar la franquicia en la capital de Michoacán.
A muchos les invadió la nostalgia de ver la posibilidad de perder al equipo de sus amores, de recordar aquel 1981, de seguir los colores por herencia.
Algunos gritaban de alegría, otros de impotencia, pero todos con el mismo objetivo, decirle al mundo: ¡Monarcas No Se Va!
Pasadas las 8:00 de la noche llegó el numeroso contingente al primer cuadro de la ciudad, después de que salieron del «Venus» y bailaron en la Fuente de las Tarascas.
Frente a la Catedral de Morelia latieron miles de corazones rojiamarillos, desde los más pequeños hasta los más grandes, dejaron en claro que esta afición no dejará que se lleven al equipo de sus vidas.
Una movilización pacífica, sin vandalismo, sin agresiones, y gritando fuera de Las tiendas Elektra y Salinas y Rocha: “¡Salinas se la come!”.
