STAFF/Eliza Flores/@michangoonga
La ropa y víveres que han llegado a la nueva “Casa de Refugio Ni Una Menos”, sitio en donde residía la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en la Ciudad de México, es tanta que se necesitan manos para organizarse.
Luego de que feministas tomaran el sitio en exigencia de justicia, se reporta que hacen falta colchonetas y colchones para todas las mujeres que van a viajar del interior de la República hacia la Ciudad de México buscando que sus casos sean resueltos o escuchados.
Comentan que también se necesitan apoyos económicos para ayudar a pagar los transportes para las mujeres y niños que necesitan comprar un boleto para lograr sus viajes a la “okupa”; también se necesita crear lazos para lograr descuentos en líneas de autobuses para ayudar a los familiares y víctimas.
“Tenemos aquí como cuando fue el terremoto del 19 de septiembre, hay tantas cosas que necesitamos organizar, me gustaría que las mujeres supieran que no es necesario que nos hagan llegar lo que ellas recolecten, yo prefiero que se los entreguen a las familias en sus ciudades”, dijo Yesenia Zamudio en entrevista para Changoonga.
Yesenia Zamudio es esa mujer que gritó en la marcha del 25 de noviembre “¿Cómo chingados no voy a estar enojada? ¡Lo quiero quemar todo, me mataron a mi hija!”; esta manifestación fue en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Su hija fue asesinada por un grupo de “amigos y uno de sus profesores” pero todos declararon que MaryChuy se lanzó de un quinto piso.
“No soy representante de nadie, yo me represento sola y las madres que van a venir también se representan solas y son un chingo”, palabras que nos otorga Yesenia para dar a conocer que se están generando lazos con mujeres en todo México, madres que están en busca de justicia.
