STAFF/ Margarita Arreola @Arreolamargui
El escudo de la Policía Michoacán y una águila, dibujados en un tapete de aserrín sobresalen a simple vista de una de las ofrendas que se exponen en la Plaza Melchor Ocampo, en su dedicatoria tiene el nombre de Pablo Sergio Reynel, comandante caído en la emboscada en el pasado 7 de octubre en Aguililla.
El hijo de Sergio del mismo nombre, comentó que la idea de poner un altar a su papá fue respaldada por sus compañeros de clase a manera de homenaje a quien murió en cumplimiento de su deber.
A menos de un mes de la emboscada a elementos de seguridad en el Aguaje que enlutó a 13 familias, se realizó la ofrenda pública a uno de los fallecidos, «mi padre siempre quiso que se le reconociera como el gran policía que fue», expresó S. Junior.
Con más de 20 años de servicio policial y con tan solo 39 años de edad, Sergio es recordado como una persona bondadosa que ayudaba a todo el mundo y que siempre se dio tiempo para atender a sus hijos.
«Uno de mis mejores recuerdos es cuando logré mi cinta negra en taekwondo y estuvo presente a pesar de trabajo pudo estar ahí», describió orgulloso su retoño.
Lo más difícil para sus descendientes es ya no escuchar su voz con el famoso código «águila 1, águila 1» que significaba el retorno a casa del policía.
En el altar se observa una fotografía del difunto y diferentes elementos gastronómicos pero en particular le pondrán su platillo favorito las tiritas de pescado.
El que ahora es el hombre de la casa narra que el proceso de la pérdida de su padre no ha sido fácil y que algunas veces tiene miedo por represalias a la familia, además que hasta el momento no han recibido protección o apoyo del gobierno sino han sido los propios compañeros del fallecido quien han ofrecido su servicio.
