La cuarta Revolución…Una cadena de errores
Una cadena de errores fue lo que llevó al Estado mexicano a negociar con criminales, una cadena de errores pusieron en peligro a decenas de miles de sinaloenses, una cadena de errores pusieron nuevamente a México ante la mirada atónita del mundo, una cadena de errores imperdonable, de la que aún con todas sus consecuencias, se evadieron responsabilidades.
by: Manuel Ochoa
Es una falsa disyuntiva el centrar la discusión pública en la decisión que tomó el gabinete de seguridad de negociar la liberación del hijo del Chapo Guzmán, eso sería nublar los verdaderos errores que llevaron al Estado mexicano a estar en dicha posición, amenazado, acorralado, y sin salida.
El pasado Jueves ocurrió la peor cadena de errores que se ha vivido bajo el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, errores políticos, militares, de estrategia, y de comunicación fueron el coctél perfecto para un momento que nunca habíamos visto en nuestra historia moderna, la sumisión pública y absoluta del Estado mexicano ante un grupo delictivo.
Alrededor del mediodia Culiacán comenzó a convertirse en un autentico infierno para sus habitantes, bloqueos, balaceras, convoys de gente armada, cierre del aeropuerto, fuga de reos, una escena auténticamente de película. En cuestión de minutos la ciudad, capital de Sinaloa, fue tomada por completo por un grupo criminal, prácticamente una insurrección armada.
La ineptitud del nuevo gobierno se vio deslumbrado en pocas horas, en términos operativos una total falta de estrategia e inteligencia militar que pusieron contra la pared al grupo que llevó a cabo el operativo de detención, con el complejo familiar de militares amenazado de muerte.
En el lado político, un Presidente sin la posibilidad de tomar decisiones en tiempo real, ya que a pesar de lo que sucedía decidió tomar un avión civil a Oaxaca, de manera irresponsable, con el peligro que esto implicaba para los tripulantes del mismo vuelo.
En términos de comunicación un auténtico desastre, el gobierno federal calló por varias horas, sus cuentas de redes sociales siempre activas, no comunicaban nada en medio de una crisis sin precedentes, y cuando finalmente decideron comunicar lo hicieron mal, con información errónea, con mentiras, que costarán la confianza en el gobierno en turno, aunque aún no sean cappaces de ver sus efectos.
Ahora tratan de distorsionar la realidad, de desviar la atención en una falsa disyuntiva, cuando la cadena de errores surgió de los más altos mandos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de la Guardia Nacional, y de la propia SEDENA.
Ha quedado evidenciado que el desmantelimiento de instituciones de importancia estratégica como lo son las áreas de inteligencia civiles y militares, causan pérdidas humanas, y aunque no lo quieran reconocer y deseen desviar la atención hacia el “humanismo” de una decisión, que de inicio no se tuvo que haber tenido la necesidad de realizarla, sobre esta cadena de errores cargan las pérdidas humanas de un jóven militar de 26 años, la afectación psicológica de miles de sinaloenses, y un precedente que será un punto de inflexión para el futuro del crimen organizado en México.
En un país funcional y con rendición de cuentas, el gabinete de seguridad habría renunciado a las pocas horas de cometer una cadena de errores desastrosa, pero al parecer, seguimos en el México del no pasa nada, donde es más fácil culpar al pasado que hacernos responsables de nuestro presente.