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Recibió un mensaje en donde el escultor de la Mujer Purhépecha, Antonio Villicaña, le solicitaba imprimiera su esencia de mujer y madre en la obra, pintada a mano y con su experiencia de pintura de gran formato.
Tendría 10 días para pintarla, los que finalmente se redujeron a tres y provocó que la pintora acelerara trabajos, incluso bajo la lluvia y distintas contingencias climatológicas pues la obra debía entregarse en el marco de la inauguración de la Feria Internacional de la Guitarra.
“La gente estaba entusiasmada, cuando acudía a comer en el mercado o a distintos lugares me preguntaban cuándo estaría lista la obra y me daba ánimos. Siempre fueron muy hospitalarios”, detalló Itzel.
Con agrado y entusiasmo visibles en su rostro relata que es la primera ocasión que pinta una escultura, trabajo que describe como divertido y un reto al pintar en grandes proporciones.
La hospitalidad de los parachenses la sorprendió y la dejo satisfecha con el trabajo realizado, la cual, asegura, le transmitió una gran energía y se dice confiada en que representa dignamente a las mujeres Purhépechas.
“Ahora la escultura ya es parte de la historia, es de las obras más importantes del estado y la única pintada a mano”, expresó la uruapense.