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“Niño, ponte a estudiar, déjate de mamadas. Esto no es vida, wey”, dicen un par de jóvenes sicarios a los pequeños que tienen aspiraciones de formar parte de un grupo criminal.
Los adolescentes, que portan equipo táctico militar y rifles AK-47, manifiestan a los niños que, aunque ser sicario “sí deja”, vivir así “no es vida”; por lo que les recomiendan que mejor se pongan a estudiar.
“Ándele, ándele, póngase a estudiar. Esto no es nada, nada bueno. No deja nada bueno. Bueno, sí deja, pero … pendiente con eso”, dicen.
Aunque se desconoce a qué organización criminal pertenecen y de dónde son, es probable que los jóvenes sicarios sean mexicanos, por el lenguaje que utilizan.