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En un caso que poco a poco ha ido generando indignación en redes sociales, elementos de la Policía Michoacán que fueron presentados en su momento como “héroes” por rescatar a dos personas secuestradas, ahora son acusados de violar de manera cruenta a una menor de edad con discapacidad.
En base a datos obtenidos de la carpeta de investigación ZIT/112/00266/2019, se sabe que ya fue presentada la denuncia penal en contra de los agentes de Seguridad Pública que torturaron a miembros de una familia y violaron a una adolescente, en un hecho ocurrido a principios del mes de febrero pasado.
Según ha publicado el periódico El Despertar de Zitácuaro en su portal web, los uniformados son acusados de irrumpir de manera violenta en el domicilio de los afectados para llevárselos detenidos.
En su momento la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó el 13 de febrero pasado, que había obtenido de un juez de control, vinculación a proceso en contra de tres personas, dos hombres y una mujer-, relacionadas en el delito de secuestro agravado, hechos ocurridos en municipio de Zitácuaro.
Se trata de Ricardo C., Rosa Isela B., y Benancio V., quienes de acuerdo con datos que constan en la carpeta de Investigación, el pasado 2 de febrero, en compañía de otras personas privaron de su libertad a dos personas identificadas como P.S.C. y H.G.C.
Sin embargo el caso ha dado un giro de 90 grados tras comprobarse que durante la detención de los presuntos secuestradores hubo un exceso de violencia, llegando al grado de la tortura ,principalmente contra el padre de los menores, a quien, según las declaraciones de los pequeños, fue atacado con descargas eléctricas las cuales le aplicaron dentro de las instalaciones de la Fiscalía, para que se declarara culpable.
No obstante la denuncia de los afectados refiere que no sólo el padre de familia fue torturado, ya que también su mamá y hermanos fueron víctimas de los policías el día que llegaron a su domicilio.
Pero una joven adolescente resultó la más agredida pues según la denuncia, los uniformados le introdujeron un rifle en sus partes intimas (vagina y ano), mientras se burlaban gritándole que era “una puta”.
La denuncia presentada expone que los policías entraron de manera violenta al domicilio en cuestión en el que también se encontraba un bebé de poco más de un año. Al ingresar los agentes a la vivienda de inmediato se fueron coatra el jefe de familia l cual sometieron con exceso de autoridad tirándolo al piso e inmovilizándolo con cinchos.
Paralelamente el resto de los miembros de la familia fueron sometidos y tirados en el suelo. Pero el infierno para la joven adolescente se soltó derivado de que la afectada tiene un padecimiento mental de tipo esquizofrénico por lo que su conducta se alteró más que la del resto de sus familiares.
Al comenzar a gritar desesperadamente, los mandos policiacos se exasperaron con ella y perdiendo los estribos, dieron la orden de que callaran “a esa loca”, golpeándola con mayor fuerza para que ya no gritara.
Exámenes médicos presentados por la familia afectada certifican que la joven ultrajada sufre de esquizofrenia y al ver la irrupción violenta de la policía se alteró con toda razón. Los denunciantes puntualizan que la joven fue golpeada, mientras le gritaban que era una “puta” y el cañón de un arma de grueso calibre era utilizado para introducirlo en sus partes íntimas.
Las vejaciones además se produjeron frente a su padre y hermanos quienes fueron testigos de lo que hacían con la pequeña, ante las burlas de los elementos policiacos que les decían: “espero que sepas lo que vas a decir”.
Las súplicas de la familia para que detuvieran sus abusos en contra de la joven no surtieron efecto alguno sino por el contrario parecían motivar más a los agentes quienes se reían complacientes. Incluso pusieron bolsas de plástico en la cabeza a los familiares para que se callaran y a manera de tortura, para que declararan lo que la policía quería escuchar, se asienta en la querella.
La denuncia además especifica que los agentes realizaron destrozos dentro del domicilio, llevándose dinero y celulares, mientras que los afectados relatan que ya en las instalaciones de la Fiscalía los golpes y la tortura se incrementaron por varias horas durante la noche, hasta que por fin fueron enviados a una celda.
Tras tales acontecimientos los menores fueron puestos en libertad al día siguiente, cerca de las 10 de la mañana, pero las secuelas que dejaron en la menor son devastadoras; ya que, por ser una joven con debilidad mental, ahora no reacciona, come poco y está temerosa de cualquier persona.
La familia de la afectada además acusa que tras las vejaciones, la joven no reacciona, ni contesta preguntas y sólo se dedica a decir, “no soy una puta, no soy una puta”. Por momentos protesta, replicando palabras que tal vez escuchó mientras estuvo detenida, ya que repite frases que les decían a sus familiares.
Ahora, los elementos de la Policía Michoacán, destacamentados en esta región, enfrentan ya una denuncia penal en la Fiscalía Regional de Justicia por los delitos de abuso de autoridad, tortura y violación, cometidos en contra de una adolescente que fue víctima de los uniformados, mientras sus familiares también eran torturados.
