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#Michoacán Ve A Vivir La Fiesta En Honor A Santiago Apóstol Con Trahualiles En Sahuayo

STAFF/@michangoonga

 

 El origen histórico de los tlahualiles, tiene que ver con la representación de un encuentro bélico.  Aun en la actualidad podemos identificar claramente los rasgos náhuatl en la vestimenta.

MASCARA  DEL  PENACHO

Llevan una máscara con un majestuoso penacho.  Esta prenda es interesante porque nos remite al ejército del imperio mexica, donde se agrupaban en compañías de guerreros águila, guerreros jaguar, guerreros lagarto o guerreros coyotes, entre otros. De igual manera los tlahualiles traen sus máscaras como los guerreros antes mencionados. Sobre la cabeza de la fiera se monta un penacho que puede llegar a medir poco más de dos metros de alto, metro y medio de ancho y realizado con carrizos, listón de madera, pegamentos, cordeles y una gran cantidad de plumas de ave, multicolores.

Para los pueblos de Mesoamérica las plumas eran muy apreciadas, incluso algunas, como las del quetzal, estaban reservadas solo para los atuendos de los reyes y la nobleza. Los artesanos de la pluma se llamaban amantecas. Para los náhuatl “las plumas simbolizan lo precioso lo divino lo valioso. El propio huitzilopochtli, fue en sus orígenes, una pelotilla de plumas” “siempre que se deseaba hacer al hombre menos humano y más divino, cuando se querían hacer resaltar sus aspectos más valiosos, se le cubría de plumas. Las estatuas de los dioses, los objetos motivo de adoración o que intervenían en el culto religioso también estaban adornados con plumas.

Finalmente, estas en manojos de diversos tamaños, constituían ofrendas que el creyente entregaba a los dioses.” Actualmente, a las máscaras de tlahualil además de plumas se agregan elementos no naturales pero muy valiosos como telas brillantes, lentejuela, diamantina, etc. en el penacho pueden incluirse fotografías o imágenes religiosas, así como el nombre del grupo.

El rostro del danzante queda cubierto por otro rostro realizado en papel mache con rasgos náhuatl y una expresión enigmática. Este segundo rostro es cubierto por la cabeza y las fauces abiertas de un animal que puede ser águila coyote, o jaguar, según la traición original, pero en la actualidad ya se elaboran otros rostros como gorilas, oso, cardenales e incluso varios tipos de dragones o seres fantásticos.

TILMATLI O CAPA

Los tlahualiles visiten un saco tan largo que llega debajo de las rodillas, generalmente es de alguna tela pesada y brillante que puede ser pana o terciopelo y de colores oscuros, al igual que el pantalón. Sobre este saco se cosen cientos de cautos de metal. La prenda actual es holgada y si le quitamos las mangas, nos recuerda el antiguo timalti o capa, que se sujetaba anudando los dos extremos superiores de un cuadrángulo de la tela sobre los hombros. Los nobles lo usaban de algodón y de ixtle los macehuales. El timalti podía incluir en su tejido otras materias decorativas como las plumas, cuentas de metal o mineral, así como conchas marinas.

ICHCAXIOLI Y TRAJES COMPLETOS

En épocas prehispánicas algunos guerreros aztecas   usaban una “armadura” de algodón que se llamaba ichcaxioli “era como una manera de colchas de mucha cantidad de algodón hecha, y después, tupido aquel algodón lo daba de un grosor de un dedo poco más o menos, y tejida esta dicha colcha, hacían lo que querían de ella, morriones y sayos y escarzelas y otras formas de armadura como querían, y si estaba bien hecha no se les puede entrar flecha”.

Y encima de estas armaduras vestían el traje militar que les correspondía según su rango y compañía. Estos “trajes completos” podían confeccionarse con el mismo plumaje o piel del animal representando en la máscara, por ejemplo, el caballero águila o el guerrero jaguar con la piel y garras de ese felino.

En el Tlahualil de hoy, podemos apreciar como el saco y el pantalón, por la longitud de uno y el color de ambos, se fusionan ante nuestros ojos con el movimiento del Tlahualil, de tal suerte que hay una gran semejanza con los famosos “trajes completos” de los guerreros aztecas ya referidos.

El macahuitl

Los Tlahualiles portan una macana, que originalmente pudo ser el macahuitl mexicano en cuyos lados se fijaban filosas navajas de obsidiana. La eficacia de esta arma dependía de la fuerza con la que se descargaban los golpes en el adversario. Los Tlahualiles en un momento de su recorrido pelean con las macanas contra el Santo Santiago representado en la figura de las “mulitas”.

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