STAFF/ Alejandro Amado – @michangoonga
Del Aeropuerto a Casa de Gobierno, de Casa de Gobierno al Salón Cantabria a atender entrevistas de medios previamente seleccionados y un encuentro con migrantes, de ahí a otros dos eventos más en espacios cerrados en Páztcuaro y Uruapan. Luego de nuevo volver al Aeropuerto, hay que estar en la Ciudad de México a las 21:35 horas.
Así, lejos de las calles transcurrió la visita de José Antonio Meade a Morelia, contrario a lo que los animadores repetían una y otra vez: “José Antonio Meade, un candidato cercano a la gente”. Ni siquiera a los trabajadores de los medios era cercano, pues los mandó hasta el fondo, lejos de cualquier intento de chacaleo. Habría que esperar a su rueda de prensa al final del evento que apenas duró nueve minutos.
Lo que se anunció como un encuentro con migrantes pero que se limitó a tres testimonios de ellos, valiosos por cierto, pero no hubo más. Luego la promesa de ampliar el Programa 3×1 para migrantes al 6×1, retomando una propuesta de un migrante michoacano, y de castigo a quienes abusen de los migrantes, pues en sus testimonios denunciaron que estos comienzan en las garitas.
La promesa de campaña se hizo ante cientos militantes provenientes de al menos siete estados: Zacatecas, San Luis Potosí, Estado de México, Guerrero, Morelos, Hidalgo y Michoacán. Y no eran los michoacanos los más escandalosos. A decir verdad, el evento que tuvo como precandidato logro reunir a más militantes y eran más enjundiosos, hasta se peleaban entre ellos para alcanzar mejor lugar.
Muchos de los que llenaban la sala eran de los mismos equipos de las docenas de candidatos que van ya sea por diputaciones locales o federales, senadurías o Ayuntamientos, alguno que otro legislador local. Migrantes o no migrantes, finalmente acarreados vinieron desde “otras latitudes”, como dijeron los animadores. Se cuidaron las formas y no había reparto de tortas en el salón ni en sus inmediaciones.
Pero el candidato del PRI, porque ni el Partido Verde ni Nueva Alianza hicieron acto de presencia, no vino a buscar votos nuevos, se limitó a eventos en lugares cerrados, con filtros donde se garantizaba que sólo priistas de hueso colorado estarían allí. Lejos aquellos eventos de antaño con plazas públicas a reventar.
Quizá el alejamiento que ha tenido la clase política de las plazas públicas es el mejor termómetro de cuán alejados están de la ciudadanía. Tal vez son temerosos de que les ocurra lo que le pasó a la candidata presidencial independiente, Margarita Zavala Gómez del Campo, quien fue encarada por la exoneración de su prima en el caso de la Guardería ABC en donde murieron 49 niños en su visita de ayer a Morelia en la que había más reporteros que seguidores.
