Ordenan Detener A Jugador Argentino Que Juega En México Por Violar A Su Sobrina
STAFF/@michangoonga
Acusado de abusar sexualmente de una menor de edad de su entorno familiar, la justicia de Argentina ha solicitado a la Interpol gire orden de captura internacional en contra del futbolista Jonathan Fabbro, confirmó esta mañana el Comisario Luis Arias, jefe de la Interpol Paraguay.
El futbolista argentino pero que se ha naturalizado paraguayo, está acusado de abusar de una niña de 11 años de edad de su propia familia, delito calificado como abuso reiterado y agravado por vínculo en concurso ideal con corrupción de menores, penado con hasta 20 años de cárcel en la Argentina.
Ante ello el alto jefe policial paraguayo indicó que en caso de que Fabbro sea detenido en Paraguay, nuestra justicia deberá acceder al pedido del país vecino. No obstante, resaltó que lo más prudente sería que se entregue y aclare la situación: “Si Jonathan Fabbro llega a nuestro país, debe ser detenido y se realizará el trámite de extradición a la Argentina”, explicó.
Medios locales informan que el Juzgado de Instrucción N°32, envió al Departamento Interpol de la Policía Federal la orden expresa de arrestar nacional e internacionalmente al futbolista, pareja de la modelo Larissa Riquelme, ex River y Boca, ex jugador de la Selección paraguaya y hoy en el plantel del Lobos BUAP de Puebla para que sea indagado tras su extradición a la Argentina.
Fue en abril de este año cuando la madre de la víctima denunció formalmente que -según declaraciones de la menor- Fabbro le habría forzado a practicarle sexo oral para eyacularle en la boca, tocándoles los pechos, en el auto del futbolista o en la casa de la abuela de la niña.
El testimonio de la víctima refiere: “Yo me dejé, le dije a todo que sí, cuando me besa, como si fuera mi novio, porque tenía miedo a que me hagan algo pasaron esas cosas. La última vez me tocó las tetas y le dije que no se pase. Me daba semen y lo escupía, me daba besos y me tocaba la vagina”, aseveró la joven, en boca de su propia madre. Los ataques habrían comenzado cuando la niña tenía tan solo 6 años.
