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Es indignante que los artistas michoacanos tengan que estar rogando a la Secretaría de Cultura que les paguen lo que ya trabajaron y más indignante todavía es que intenten reprimirlos -como ya es costumbre de este gobierno estatal-, así lo mencionó la Diputada del Partido del Trabajo, Brenda Fraga Gutiérrez al enterarse a través de las redes sociales el intento nefasto por hostigar y reprimir con violencia a quienes sí viven honradamente de su trabajo.
Fraga Gutiérrez manifestó que es repudiable que el grupo de artistas que prestaron sus servicios al gobierno estatal desde hace años, no haya recibido su pago y ahora tal pareciera que la administración encabezada por Aureoles Conejo, pretende callarlos a macanazos antes que cumplir lo que por ley debe realizar.
“Cómo no van a estar indignados –exclamó- me gustaría saber si alguno de los artistas como Enrique Iglesias, Bronco, Miguel Bosé, el Buki que vinieron a entretener fiaron sus espectáculos, a ver para cuándo se le ocurre al gobierno estatal pagarles. Por supuesto que eso no pasa y además que la gente no se engañe, el dinero que costó cada uno de esos artistas es dinero que sacan de los michoacanos, no de sus bolsillos, ya parece que algo saldría de su bolsa”.
En el Partido del Trabajo, estamos del lado de todos esos sectores que están siendo golpeados y con quienes las autoridades sí se están poniendo muy bravos, “cuando su chamba principal está en combatir y detener delincuentes, no a gente honrada que trabaja fiado porque saben que solo así el gobierno del estado los llama a participar nuevamente”.
Fraga Gutiérrez, exigió a la Secretaría de Cultura a no hacerse de la vista gorda y pagar lo que debe, “hablamos de que esa dependencia fomenta los valores como parte de sus funciones y no me digan que contratar y no pagar es un valor. Eso en mi pueblo se llama robo”.
Que se haga justicia y se les solvente lo que se les pidió que hicieran al ser contratados y reiteró que estará pendiente de las actuaciones que se estén llevando a cabo, porque consideró que no es justo pegarle al más tranquilo para evitar detener al que verdaderamente lastima a la sociedad.