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La Secretaría de Salud se enferma // By Topota Madre

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Por Topota Madre

Bien dice el proverbio que “a cada capilla le llega su fiesta” y solo era cuestión de tiempo para que también la Secretaría de Salud fuera señalada por la ASF. No es cosa menor hablar de irregularidades por 941 millones de pesos con un desglose que queda de la siguiente manera:

243 millones transferidos de recursos del fondo a otras cuentas. Este aspecto corresponde a uno de los puntos más opacos de las observaciones pues, dicho de otra manera, es dinero desviado, y las razones pueden ser muchas pero al final, es desvío de recursos cuyas aclaraciones no se deben postergar.

664 millones  por “pagos irregulares” a personas que no acreditaban perfil o formación académica para el sector salud (¿Aviadores?) y,

32.6 millones no ejercidos o que se tuvieron que devolver ante la incapacidad financiera y/o administrativa para desarrollar proyectos. Es decir, es dinero como en la mayor parte de los casos, proveniente de recursos federales destinados a proyectos u obras que involucran también la participación de los estados pero, si los estados no tienen dinero para poner su parte, entonces se ven obligados a devolver esos recursos.

Pero no es primera ocasión que se habla de la SS en términos de desaseo administrativo;  ya tenía rato la dependencia exhibiendo hedionda y tóxica tendencia deficitaria en los tiempos en que el entonces secretario de Salud,  Carlos Aranza Doniz, ejercía los sustanciosos recursos de dicha institución. Ya desde tiempo atrás había señalamientos en contra de este personaje heredado desde el gobernador de facto, Salvador Jara, y que dicho sea de paso, se sostuvo en el cargo por decisión del actual mandatario Silvano Aureoles.

La actual titular de Salud, Silvia Hernández Capi, habría percibido el desfalco que pudo haber sido el detonante para que comenzaran los rumores sobre su posible renuncia este martes 28 de febrero. Al final, la secretaria lo desmintió.

Consuelo de tontos

Mal de muchos consuelo de tontos es otro dicho popular que también aplica en un caso como este, pues no es la de Michoacán la única dependencia de salud con presunto desfalco. En otros estados también se cuecen habas y la suma de todos los males alcanza los umbrales de los cinco mil millones de pesos al corte del 2015. Pero no podemos afirmar que otros estados están igual o peor que nosotros, es solo que al hacer el balance, casi mil millones corresponden a esta entidad (una quinta parte). No es pues de a gratis que este estado sea de los más observados por la ASF y el tercero más corrupto según la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental 2015.

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