El ocaso de la UMSNH // By Don Diablo
Por Don Diablo
El rector nicolaita, Medardo Serna, se encuentra en la antesala del fin de su rectorado, y pareciera apenas comprender que nomás sale del caliente sartén para caer directamente en el fuego. Apenas habría librado el complicado tema de los guinaldos del 2016 y luego se le vino encima sendas huelgas emplazadas por el SUEUM y el SPUM; y apenas habría librado las huelgas y ahora tiene a cuestas severas observaciones de la Auditoría Superior de la Federación. Al corte del año 2015 le señalan anomalías por casi 900 millones de pesos.
Medardo tiene ahora el reto no solo de aclarar las observaciones de la ASF, sino de librar sin dinero pero con mucha dignidad los festejos del Centenario de la UMSNH. Y para irse blindando, el funcionario universitario ya ha aclarado que solo tiene dinero para hacerle frente a los compromisos salariales hasta el mes de septiembre. De ahí en adelante ¡sálvese quien pueda!
En este último reto de las huelgas, Serna tal vez tuvo sensibilidad y una pizca de suerte al enfrentar a dos sindicatos que, a su vez, ya presienten o están conscientes de la precariedad económica. Uno de los retos de la máxima casa de estudios, es sortear de manera inmediata todas las demandas que se plantearon ante las autoridades laborales, como la recategorización de los profesores de medio tiempo a tiempo completo, lo cual implica la erogación de mucho dinero.
Para optimizar gastos, ya se ha planteado prescindir de profesores suplentes y echar mano de quienes cuentan con asignaturas, medio tiempo o tiempo completo para que desquiten al máximo sus horas de clases. Hay también la instrucción de no abrir más grupos y mantener los existentes, además de la dolorosa decisión de prescindir de la creación de nuevas carreras que ya se tenían programadas para el siguiente siclo escolar.
Pero todo esto sigue siendo insuficiente ante el severo déficit que le persigue a la llamada Casa de Hidalgo. De continuar con la mala racha económica, se tendrán que tomar decisiones más severas, como la reducción de la planta laboral, tanto de administrativos como docentes; de modificar presupuestos para la investigación y ya en un caso más extremo: acotar a las casas de estudiante con todo y las consecuencias políticas que eso trae consigo. Nótese que el tema de las casas de estudiante quedan al final porque, al ser un recurso político en el que hay oscuros intereses detrás, los albergues se vuelven intocables, aún por encima de las áreas de investigación a las que sí se les pueden reducir sus ingresos.