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La Arquidiócesis de México pusó en entredicho la eficacia y bondades de las reformas estructurales con las que inició la administración de Enrique Peña Nieto al advertir que están «haciendo agua», ya que en el país se acentúan «profundas brechas de desigualdad e injusticia», poniendo en tela de juicio estas reformas, además de que hay inestabilidad social por la Reforma Educativa, advirtió
Ello dentro de la editorial del semanario católico Desde la Fe, mediante un texto que cuestiona, bajo el título, » Las reformas, un barco que hace agua», a las reformas estructurales que prometieron «cambios profundos y poner al país en movimiento».
Argumentando que el gobierno actual usó las mayorías parlamentarias y los «acuerdos tácitos con la oposición» para lograr un cúmulo de reformas que motivaron discursos «triunfalistas y atronadores» sobre la disminución de los precios, el impulso a todos los niveles, mejora de los salarios y promesas de desarrollo para acabar con la violencia; sin embargo, dijo, «la realidad es distinta y apabullante».
Y señaló: «El 2016 es año del calvario para los mexicanos. Se estrangula a millones de consumidores con nuevas alzas en los combustibles y tarifas eléctricas, poniendo en duda si realmente la reforma energética está corriendo por los caminos adecuados. Hay inestabilidad social por la Reforma Educativa y la promesa presidencial para que «las ciudades, los pueblos, las carreteras, vuelvan a ser espacios de tranquilidad, en los cuales, los mexicanos transiten con seguridad, sin temor a perder la vida», queda en pura retórica populista».
Agregó que el crecimiento de la pobreza entre 2012 y 2014, la cual pasó de 53.3 millones de personas a 55.3 millones; señaló que los salarios se han encarecido, además de que hay un bajo crecimiento económico que no supera el 2% anual, mientras que la divisa estadounidense «está arrasando con la apreciación de nuestra moneda, pues cuando al inicio del presente gobierno un dólar valía 12.96 pesos, hoy alcanza los 19 pesos”.
También la publicación señaló que «no se puede seguir sosteniendo a partidos políticos que disfrutan del gasto público millonario; esto raya en la obscenidad al estar hundidos en los círculos más profundos de desconfianza y desprecio entre los mexicanos. Ya no se pueden soportar dietas y emolumentos del Poder Legislativo y de organismo autónomos empeñados en los lujos, prebendas y canonjías».