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Desde pipas de combustible y material químico de alto riesgo, hasta madrinas de automóviles con vehéculos del año, ya contabilizan más de 150 unidades retenidas por normalistas y maestros de la Meseta Purépecha, quienes durante los últimos 15 días han aprovechado el vacío de autoridad para acumular y hacerse en su poder de camiones transportistas y autobuses de pasajeros, como camionetas distribuidoras de productos comerciales como Sabritas, Coca Cola, Corona, entre otras empresas, así como contenedores provenientes del puerto de Lázaro Cárdenas.
Mientras reina la anarquía en la Meseta Purépecha, algunos efectos han comenzado a sentirse en comunidades pertenecientes al municipio de Nahuatzen, pues los poblados de Arantepacua, Turicuaro, Quinceo, así como la propia cabecera ya comienzan a reportar desabasto de productos, e incluso las complicaciones se han extendido en menor medida a Paracho y Cherán.
Las retenciones de las unidades son bajo el argumento de su protesta en contra de la implementación de la Reforma Educativa, y son realizadas por separado; es decir, los normalistas principalmente de las escuelas de Tiripetío y Cherán actúan por su cuenta, reteniendo unidades que son llevadas a la comunidad de Turicuaro, reportando ya alrededor de 80 vehículos en su poder entre ellas una pipa con hidróxido de aluminio, sustancia altamente volátil y de sumo cuidado.
Hay un acuerdo con las comunidades purépechas para que los vehículos retenidos sean estacionados en terrenos comunales donde se van estacionando, así como al lado de los caminos, llenos de mercancías que no han podido llegar a su destino.
Por otro lado están los profesores del noveno sector de educación indígena de la sección XVIII del SNTE, quienes mantienen en su poder más de 70 vehículos, entre tráilers, de empresas trasnacionales, contenedores y unos 30 autobuses de diferentes líneas de pasajeros.
En entrevista con algunos de ellos, dijeron que desde hace quince días empezaron a apoderarse de los vehículos en los entronques de San Juan Tumbio, entre Pátzcuaro y Tingambato, así como en el entronque de Capacuaro, de la carretera Carapan y Uruapan.
Es una manera de presión, un ultimátum a los gobiernos estatal y federal para que volteen los ojos hacia la Meseta Purhépecha, donde los profesores de educación indígena, miembros del magisterio democrático, se manifiestan en contra de la reforma educativa, dijeron.
“Es importante que dicha reforma se adecúe la realidad y no se imponga como pretende hacerse; aquí, en la zona indígena, no hubo una consulta, la reforma no establece el rescate del milenario idioma purhépecha o la cultura ancestral, se requiere que la reforma educativa sea reformada”, indicaron.
Este movimiento se mantiene en tres microrregiones, en Santa Fe de la Laguna (Quiroga), en Carapan (Chilchota), y aquí en Arantepacua (Nahuatzen), en pleno corazón de la Meseta Purhépecha. Los conductores de los autobuses se mantienen en esta población y se les paga su salario diario, además de que se les da de comer y otras necesidades.
Finalmente, recalcaron que los vehículos que se encuentran en el vecino pueblo de Turícuaro, de este mismo municipio, han sido secuestrados por estudiantes de la Escuela Normal Indígena de Cherán, quienes mantienen su propio movimiento y nada tiene que ver con el movimiento magisterial contra la reforma educativa.
Por lo pronto ayer miércoles hubo una reunión en el Centro Regional de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de Michoacán entre empresarios transportistas y mandos de la Policía Federal para analizar las medidas a implementar a fin de evitar más secuestro de unidades.
Entrevistado al respecto esta misma semana, el secretario de Desarrollo Económico en la entidad, Antonio Soto Sánchez, negó desabasto de productos en comunidades del interior del estado y aseveró que se están atendiendo con puntualidad las inquietudes de los empresarios al respecto de dicha situación, aseverando que tampoco hay reporte de fuga o cierre de empresas hasta el momento.
Fuentes de corporaciones de seguridad locales expusieron a este medio que nunca se había registrado un secuestro de unidades de tal magnitud, pues por ejemplo, en una de las recientes crisis similares, en la administración de Fausto Vallejo, la retención no pasó de 70 unidades entre las normales de Cherán y Tiripetío, siendo que esta ya rebasa por lo menos al doble.