STAFF/@michangoonga
El estudiante mexiquense Víctor Reynoso Martínez ganó recientemente una medalla de oro en la categoría de innovación tecnológica en el Canada-Wide Science Festival.
El joven de 15 años fue galardonado por su proyecto Pastillas fertiorin, el cual consiste en un fertilizante sólido de lenta liberación hecho a base de la orina humana, explicó Reynoso Martínez.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, señaló que su trabajo compitió contra más de 50 proyectos de jóvenes de varios países como Canadá, Turquía y Australia, entre otros.
La idea de hacer esta innovación surgió porque cerca de su casa hay una parcela de papa y un día vio que los dueños la regaban con aguas residuales y abonaban la tierra con excremento de animales.
“Dije ‘guácala’, yo no me comería eso. Entonces empecé a investigar con qué más se podría regar y encontré que la orina tenía un gran poder fertilizante y también vi que se podían hacer pastillas fertilizantes a base de algo y decidí que serían de orina humana”.
Estas pastillas solo están conformadas por cinco por ciento de orina, manifestó el joven que cursa su preparatoria en el Colegio Jean Piaget, ubicado en Tultitlán, Estado de México.
Explicó que la pastilla que desarrolló “suelta sus elementos químicos como son el nitrógeno, fósforo y potasio cada vez que la planta lo necesite, una pastilla puede ser suficiente hasta por seis meses”.
Abundó que esta tableta ya la probó en cultivos de papa, haba y frijol que hay en la preparatoria en que estudia y los resultados fueron buenos.
Resaltó que actualmente el kilo de fertilizante cuesta entre 150 y 200 pesos, mientras que el kilo de su producto tiene un costo de aproximadamente 15 pesos. “La idea es que sea un producto que esté al alcance de toda la gente”.
Respecto a su experiencia de participar en este evento y presentar su trabajo con estudiantes de otros países, Víctor Reynoso Martínez destacó que fue muy aleccionadora.
“Pensaba que sería más sencillo, estuvo muy reñida la competencia, presentaron muchos proyectos muy interesantes (…) Algunas de las grandes lecciones que me dejó es que no me tengo que confiar, hay que aspirar a lo grande y siempre luchar por algo más”.
Manifestó que viajar a Canadá le encantó porque le permitió conocer otra cultura, pero también sirvió para valorar aún más todas las riquezas sociales, culturales, científicas y tecnológicas que hay en México.
“Canadá está en otro nivel, pero México no está lejos de eso; en México también hay calidad para alcanzar y rebasar a Canadá y cualquier país que se proponga, solo hay que ponernos a trabajar en equipo por un mismo objetivo”.