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Habemus Papam, parte II: la visita y palabras de Francisco // By @dr00giemark

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Por Marco Ballesteros

La semana pasada expuse los inconvenientes y situaciones molestas que generaría la visita papal: desde el gasto público erogado; la logística que partiría a la ciudad y la haría intransitable en momentos previos y durante las actividades; la especulación económica generada por el gobierno municipal por la supuesta derrama económica que generaría el turismo religioso en la fecha; la elevación, por medio de esta visita pastoral, del marketing de la clase política local y el maquillaje de la paupérrima reputación de la entidad por los acontecimientos del pasado reciente; así como las incongruencias de los diversos niveles de gobierno en el Ejercicio de sus funciones y en materia constitucional con respecto a la visita del jerarca católico.

Y ustedes queridos lectores, podrían acusarme de apóstata, ateo, come curas o como un simple amargo, inconforme y desadaptado por no unirme al regocijo popular. Debo decir lo contrario y hacer una confesión. A pesar de no ser católico practicante, fui educado bajo los cánones y costumbres de dicho culto, en el seno familiar y en el Colegio Hispano Americano. Mi niñez por lo tanto, estuvo acompañada de la fe católica, al grado de ser altamente devoto y conocedor de las escrituras, no sólo por imposición, también por convicción propia. Incluso, en su momento fui reclutado por los Legionarios de Cristo para estudiar la secundaria y más adelante, si la vocación lo dictase tomar los votos religiosos en el momento oportuno.

En aquel lejano 1998, desistí por varios factores, entre ellos: la presión familiar generada al potencialmente poder convertirme en el primer sacerdote de la estirpe, lo cual era visto como una forma de ganarse su escalera al cielo. Al mismo tiempo, en esa lejana época comenzaron a salir a la luz pública los casos de pederastia de Marcial Maciel, a quién conocí al residir este en el seminario de Bosques de las Lomas; e igualmente, de primera mano mi fe en el catolicismo se desplomó al observar que el ministerio religioso es diametralmente opuesto a los votos de castidad, austeridad propuestos por el fundador de la Iglesia; que el sacerdote y los estudiantes (no todos obviamente) puedemn vivir en un seminario con todos los lujos y al mismo tiempo ser apáticos, insensibles e incluso intolerantes cuando al cruzar la barda se encuentran los cercos de miseria del Ajusco.

Nuevamente expreso y aclaro, para quien pueda sentirse ofendido, que mi ocurso no atenta contra las creencias populares o el catolicismo en su conjunto, mi inconformidad es con relación a cómo se utiliza y se lucra con la fe. Respeto totalmente las creencias católicas y las conozco cabalmente. Aclarado lo anterior, entramos en materia.

El fin de semana con cuenta regresiva y amplia expectativa de por medio, se afinaron los detalles para el arribo de Francisco a Morelia: se limpiaban las calles; repavimentaban las rúas por donde el Papamóvil cruzaría la ciudad; decoraron con pendones las principales vías; convocaron y dirigieron a los voluntarios; implementaron un flamante simulacro, la ciudad fue partida en cuadrantes y cercos de seguridad extrema para resguardar la seguridad del jefe de Estado Vaticano y líder del catolicismo; se convocó por parte del gobierno estatal a la concordia, tolerancia, fraternidad e incluso, a portarnos bien.

Al mismo tiempo, que se minimizaron los pronunciamientos contra el Estado y los brotes de violencia, se conminó a la ciudadanía a ser buenos anfitriones, esa fue la consigna ante tan relevante acto protocolario, mientras tanto en Michoacán se escondía el mugrero y se daba la buena cara al mundo, la ciudadanía entró en acto de contrición y se rasgó las vestiduras por unas diez horas.

El populo hizo su agosto vendiendo boletos y suvenires relacionados con la visita, rentando espacios, alojamiento. Abusando de la fe, todos debían sacar provecho a la fecha tan importante en la historia de la ciudad. Pero ni la logística fue la correcta y reinó la desinformación, era evidente la falta de coordinación entre gobierno estatal y municipal ya que en redes sociales se manejó información contradictoria sobre el evento en cuestión. Al mismo tiempo, la feligresía ingresaba a la ciudad desde la noche del 15 de febrero, varios acampaban al borde de la ruta papal, con la intensión de verlo pasar unos cuantos segundos. Aun así ni llegaron los turistas esperados, mucho menos la derrama económica sin precedentes para la ciudad, de acuerdo con las sabias palabras del edil moreliano.

Nos guste o no, Francisco estuvo aquí desde las primeras horas del 16 de febrero: arribó al Aeropuerto donde se le dio la bienvenida; viajó al Estadio Venustiano Carranza donde celebró una misa multitudinaria; se reunió en Catedral con 600 niños; posteriormente se desplazó al Estadio Morelos donde emitió un mensaje para la juventud mexicana; finalmente, regresó al Aeropuerto para emprender el vuelo a ciudad de México y mañana estar en Juárez. La ciudad fue durante 10 horas estrangulada y paralizada con motivo de su visita

Francisco en su visita a México tocó puntos estratégicos: Ecatepec, lugar donde la pobreza y desigualdad contrasta abismalmente con el crecimiento y desarrollo de Ciudad de México; Chiapas, donde impera la segregación racial y la pobreza extrema afecta a la mayoría de su población indígena; Michoacán donde la ley del más fuerte y la violencia del crimen organizado se ha convertido en tema recurrente; y Juárez, cuna de los feminicidios. Todo con la finalidad supuesta de acercarse a su rebaño en condiciones de desesperanza y vulnerabilidad.

Centrando mi atención en las actividades destinadas a los jóvenes en Morelia, Francisco constató la hospitalidad, religiosidad y animosidad del pueblo mexicano. Señaló que la juventud es la riqueza de la nación, sector social que se encuentra amordazado, por agentes sociales, superfluos y materiales. Exhortó a estos a no caer en desesperanza, a no dejarse pisotear; incluso señaló que la falta de educación de calidad, capacitación e inclusión a la vida productiva de manera digna genera que la población joven de México y Latinoamérica sea utilizada por unos cuantos para fines mezquinos.

El sumo pontífice obviamente no leerá nunca estas líneas, consciente estoy de ello, pero nuevamente su mensaje queda en palabras vanas cuando el acto, circo, maroma y teatro patrocinado por los impuestos de la ciudadanía solamente queda en eso: en palabras que se lleva el viento, así como su fugaz paso por Michoacán. Los mensajes alentadores sólo sirven para rasgarse las vestiduras un rato, entrar en el frenesí y euforia del acto eucarístico; Usted a las 18:50 horas se va de Morelia y los problemas sociales de la entidad, continuarán latentes por tiempo prolongado.

Cierto es lo que dice Usted, no sólo en Michoacán, en todo México las oportunidades de vida digna y trabajo para los jóvenes son escasas, nos tienen amordazados. Una clase política se hace rica a costa de las mayorías; los jóvenes estudian para tener un título y dar de topes con pared al no encontrar un trabajo digno, convertirse en taxistas, taqueros o sicarios es la solución para resolver la inmediatez cotidiana.

Le doy la razón, ampliamente, pero como puede usted hablar de ello, cuándo vive en una burbuja y debe desplazarse con un gran dispositivo de seguridad por el país que visita, al mismo tiempo cuando a Usted le presentan un México fine, wanna be,  montado y maquillado, para que Usted no sienta grima por la realidad escabrosa de este país.

Es cierto, a la juventud la utilizan con fines mezquinos, como señaló en su discurso, pero Usted también es utilizado, paradójicamente con esos mismos fines, para generar falsas ilusiones en este país, entre sus cautivos feligreses y a la postre, elevar el marketing de un Estado Federal fallido, de una entidad devaluada y de una sociedad jodida. Su visita sólo sirve para aumentar las aspiraciones políticas de unos cuantos.

Al hablar de destrucción y muerte, del sicariato prevaleciente en México, Francisco se ha olvidado Usted por completo que la violencia y el narco han sido una consecuencia de esa falta de oportunidades, de un negocio de Estado y un problema atacado de mala forma. Francisco, Usted habla de rectitud, cómo hacerlo o con qué autoridad moral cuándo el vaticano encubre pederastas, discrimina minorías, invierte en armas y pornografía, es corrupto en sus esferas de poder y millonario en sus arcas. Usted, como yo, somos mercancía del sistema, moneda de cambio para instituciones y objetivos mezquinos.

Vaya con bien señor Francisco, su mensaje quedó grabado en la feligresía católica pero poco efecto tiene pues sólo son palabras y esas se las lleva el viento, el único milagrito producto de su visita será que el Gobernador tendrá marketing para ir por la silla presidencial y el edil de la ciudad, el de las llavecitas de barro, contenderá por la gubernatura, en el futuro cercano. Si ello ocurre, que es lo más probable dentro de esta lógica marketinera barata, será que nuevamente en 2017 Michoacán, como es costumbre se quede a la deriva, sin gobierno y a la buena de Dios; total que para atender las necesidades y objetivos particulares el bien común, puede tirarse en la entidad por la borda, como siempre, como en todo.


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