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El ídolo del deporte de los costalazos y una de las máximas figuras mexicanas entre los años 80 y 90, fue despedido el día de ayer, entre aplausos y rodeado de luchadores quienes le dieron el último adiós.
Hace unos días, el “Geniecillo Azul” acudió a una comida junto a otros veteranos de la lucha, por lo que su fallecimiento a causa de un infarto el pasado miércoles ha sido toda una sorpresa.
“Desgraciadamente es una pena, no lo puedo creer que estuvo con nosotros conviviendo hace unos días, y lo vimos tan bien que inclusive, le habíamos pedido que regresara a la lucha, y nos dijo que lo iba a pensar. Pero así son las cosas”, expresó El Fantasma, quien sostenía una fotografía del último encuentro en la comida.
En tanto El Hijo de Lizmark, indicó que más allá del dolor y de la pérdida de su padre, el personaje que creó durante muchos años, se ha ganado un lugar respetado en la lucha libre.
“Han pasado todas las emociones por mi cabeza a lo largo de esta noche y madrugada. Estoy seguro que mucha gente lo recordará como una leyenda, por ser un iniciador o revolucionario del estilo aéreo, y me quedo con ese recuerdo”, expresó.
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