El poeta de Colombia // By Fernando Juárez “El Sargento”
Por Fernando Juárez «El Sargento»
Apenas sale el sol y tú te vas corriendo.
Sé que pensaras que esto me está doliendo
Yo no estoy pensando en lo que estás haciendo
Si somos ajenos…y así nos queremos.
Juan Luis Londoño Arias, 2017
La semana pasada nos unimos al tren del mame debido a una fotografía donde apareció Maluma el ídolo de multitudes, ejemplo de chakas y aficionados al reggaetón, sosteniendo un libro del autor galo Alberto Camus.
De entrada resultó un tema de burla y objeto de memeros la imagen, pues a todas luces parecía que era un montaje o una imagen preparada, sin embargo, el cantante sorprendió a todos declarando que la foto era real y que si se encontraba leyendo a dicho autor.
Mi pregunta es la siguiente: En un país donde el promedio de lectura nacional se encuentra en los 3.8 libros anuales por habitante. ¿Tenemos derecho a burlarnos y desacreditar a una persona que no cumple con el “perfil” de intelectual o amante de la lectura?
Me queda más que claro que siendo una nación llena de pensadores y literatos de la talla de Yordi Rosado, Yuya o el Werever, nos resulta fácil tachar de naco ignorante a todo aquel que se atreva a sostener un libro en redes sociales.
También me queda claro que al ser un país lleno de retos para el desarrollo intelectual como el Fidget Spinner, nos resulte ridículo que alguien ajeno al pueblo de Huitzilopochtli pueda darse la oportunidad de leer.
Viene a mi mente el episodio que le ocurrió a nuestro emperador EPN, donde en una feria del libro no supo decir el título de 3 obras significativas o relevantes en su vida, la gente igualmente se volcó en burla y lo señalaron como el presidente más ¨ignorante¨, yo diría que más bien es el presidente perfecto, pues es un reflejo autentico de nuestra condición.
Me pregunto: ¿cuántos mexicanos leen por gusto? ¿Cuántos saben recomendar un buen libro? ¿Quién acude a una librería por el simple placer de encontrar algo nuevo y no solamente para surtir la lista de útiles?
Nos encontramos en un país donde los libros son un producto de lujo y un accesorio de moda, el perfecto complemento para las fotografías del Instagram, un país que espera hasta que mueran los autores para reconocerlos y darse la oportunidad de leer aunque sea un poquito, donde la gran mayoría no lee ni en defensa propia.
Y además quien sabe, tal vez en unos 30 años le den su nobel de literatura al buen Juanito Londoño, igual que a Bob Dylan.