Arquitectura Antigua, Enemiga Del Estado Islámico
STAFF @michangoonga
La explosión del templo de Bel, tesoro de la ciudad antigua siria de Palmira, y el asesinato de su curador, vuelven a mostrar el ahínco que el grupo terrorista mantiene con las obras arquitectónicas de la humanidad. Un repaso de todo lo que destruyó.
Siria: el 23 de agosto de 2015, los terroristas dinamitaron el templo de Baal Shaminun, uno de los más célebres de la ciudad antigua de Palmira, que tomaron en mayo. Menos de una semana antes, la organización decapitó al ex jefe de las Antigüedades de la ciudad, Jaled al Asaad, de 82 años, referencia mundial sobre este conjunto arqueológico. En julio, el Estado Islámico destruyó la famosa estatua del León de Atenea y transformó el museo en tribunal y prisión.
De acuerdo a cifras de la ONU, más de 300 emplazamientos históricos sirios fueron dañados, destruidos o saqueados desde el inicio del conflicto, hace más de cuatro años.
Irak: el EI viene desenvolviendo «una limpieza cultural» que arrasa nada menos que parte de los vestigios de la antigua Mesopotamia, según la ONU, o revende piezas en el mercado negro.
Un video difundido en febrero de 2015 mostró a combatientes de EI que saqueaban tesoros preislámicos en el museo de Mosul, segunda ciudad de Irak tomada los primeros días de su ofensiva, a principios de junio de 2014. Según responsables de las antigüedades, unas 90 obras fueron destruidas o dañadas. Los yihadistas, que también incendiaron la biblioteca de Mosul, dinamitaron en julio de 2014, delante de una muchedumbre, la tumba del profeta Jonás, también conocido con el nombre de Nabi Yunes.
Libia: varios mausoleos fueron destruidos por islamistas extremistas a golpe de excavadoras o explosivos a través del país después de la revuelta que derrocó el régimen Gadafi en 2011. Para estos integristas, los santuarios erigidos en memoria de santos contravienen su interpretación del islam.
En 2012, los fundamentalistas dinamitaron el mausoleo de Abdesalem Al Asmar, teólogo sufí del siglo XVI, en Zliten (este de Trípoli), el más importante de Libia. Una biblioteca y una universidad que llevan su nombre fueron objeto de destrucciones y saqueos. En Misrata, fue destruido el mausoleo de Ahmed al Zarruk.
En 2013, se produjo un ataque con explosivos contra un mausoleo del siglo XVI en Tajura, extrarradio de Trípoli, uno de los más antiguos de la capital. En 2014, la UNESCO condenó los actos vandálicos contra varias mezquitas de Trípoli, incluyendo la mezquita Karamanli, del siglo XVIII.
Mali: Tombuctú, «la ciudad de los 333 santos» declarada patrimonio de la Humanidad, permaneció de abril de 2012 a enero de 2013 bajo control de grupos islamistas armados que la desfiguraron. En junio de 2012, los yihadistas de diferentes movimientos vinculados a Al Qaida, que consideran idolatría la veneración de santos, empezaron a demoler varios mausoleos, entre ellos el de la principal mezquita de la ciudad. Otros mausoleos, testimonio de la edad de oro de la ciudad el siglo XVI, fueron destruidos.
A principios de 2013, fue saqueado el instituto de estudios islámicos Ahmed Baba pero la mayor parte de los célebres manuscritos y libros habían sido puestos a buen recaudo. En marzo de 2014 empezaron las obras de reconstrucción.
Afganistán: en marzo de 2001, el jefe supremo de los talibanes, mulá Omar, ordenó la destrucción de los dos budas gigantes de Bamiyan (centroeste), tesoros arqueológicos de más de 1.500 años, considerado «antiislámicos» por tratarse de representaciones humanas. Durante 25 días, cientos de talibanes llegados de todo el país participaron denodadamente en la destrucción, con ayuda de cohetes y dinamita, de las gigantescas estatuas.