STAFF/ Marco Antonio Duarte
Comienza a generar polémica la extensión en la búsqueda del niño Manuel Abraham, menor de 7 años desaparecido desde el pasado domingo en el Estero El Caimán, en la playa conocida como Barra de Santa Ana, en Lázaro Cárdenas.
Y es que, en la versión del padre de familia quien sospecha que su pequeño fue “jalado” por un cocodrilo, sin que lo pueda asegurar, las autoridades han llevado a cabo el desfogue de la barra de Santa Ana con maquinaria pesada para buscar y analizar a cada cocodrilo sospechoso.
Sin embargo, como todo se hace “a la mexicana” con dichas obras se están destruyendo y afectando la anidación e incubación de huevos de cocodrilo, camarón, róbalo y pargo, han denunciado ambientalistas locales a través de las redes sociales, aseverando que sin tener bases suficientes ni el cuidado adecuado, se está destruyendo el habitat de cientos de animales.
Y es que a pesar de la búsqueda que desde hace tres días iniciaron autoridades y varios sectores de la población, no se ha localizado los restos del niño. Los familiares de Manuel ya perdieron las esperanzas de localizarlo con vida, solo quieren recuperar lo que quede de él.
“Es lo que queremos pues, de perdis encontrar su cuerpo si ya de todos modos ya sabemos que vivo no lo vamos a encontrar, pero su cuerpo si lo queremos recuperar”, dijo la tía de Manuel.
Con permiso de Semarnat las autoridades locales realizaron un lavado de estómago a dos ejemplares que habitan la laguna, los cuales son señalados por los lugareños como responsables de otros ataques a personas; son los más grandes, con más de 2 metros de largo; a pesar del procedimiento, no se logró ubicar restos humanos en su interior.
Los animales fueron separados del resto que habita el estero, para evitar confusiones, mientras se proyecta continúe el proceso este día con otros de los cocodrilos del estero El Caimán.