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Un reducido grupo de habitantes de la comunidad indígena de Capacuaro, mantuvo encerrados al menos a 45 empleados del Centro de reinserción Social (Cereso), por espacio de más de cuatro horas, demandan la liberación de una persona a quien se le sigue proceso por el delito de extorsión.
A eso de las 11 de la mañana, un grupo de unas 50 personas, arribaron a la explanada del Cereso, obstruyendo el acceso al estacionamiento; armados con palos y tubos, exigieron a las autoridades penitenciarias y del juzgado, entrevistarse con el indiciado Simón Alejo, de quien dijeron, se encontraba enfermo y no era atendido médicamente.
Un grupo de familiares ingresaron y se entrevistaron con el presunto delincuente, sin embargo, cerca de las tres de la tarde, clausuraron las rejas del penal, las ataron con alambres y varillas e impidieron la salida del personal administrativo, de custodia y varios albañiles.
En tono agresivo, los indígenas gritaban consignas de libertad y justicia; pidieron agilización del proceso o libertad al indiciado, quien está acusado del delito de extorsión en agravio de un habitante de Angahuan y detenido aproximadamente hace dos meses.
Cuando se aprestaba el Grupo de Operaciones Especiales y la Policía Estatal a actuar para desalojarlos de ese espacio restrictivo, los comuneros optaron por retirarse a eso de las 18:30, aduciendo que iban por refuerzos. A esa hora los empleados pudieron salir de su centro de trabajo.
