En México la discriminación; en EE. UU. el racismo// By @CarlosArrietaLl
Lo bueno
Este martes se cumplen 14 años de que el Consejo General de la Organización de las Naciones Unidas levantara la voz y se pronunciara fuertemente para acabar con el racismo en varios países, principalmente en los Estados Unidos. Coincidentemente, otro 14 de abril pero de 2005, de igual forma, la ONU daba entrada al documento que contenía el máximo pronunciamiento para erradicar la discriminación y la desigualdad social en el mundo; ambas humillaciones predominantes en México.
Todo parecía indicar que el llamado de las Naciones Unidas podría dar pie a que las cosas cambiaran de manera considerable en México. El compromiso fue que se respetarían con mayor énfasis las garantías fundamentales de los mexicanos, etnias, mujeres y niños, así como a los inmigrantes que ya incrementaban su paso por territorio nacional con destino al vecino país del norte. Hasta ahí, indiscutiblemente, sonaban muy bien las cosas…
Lo malo
Sin embargo, el más reciente Reporte Sobre la Discriminación en México, detalló un incremento de hasta el 380 por ciento en la violación a los Derechos Fundamentales, en hechos tolerados y fomentados por el Estado Mexicano.
Es decir, de acuerdo a los datos revelados, el desprecio gubernamental fue más severo en los últimos 12 años y reflejado en el Cierre o descomposición Social, la Desigualdad Económica y Desigualdad de Trato, Democracia, Derechos y Desarrollo Humano, Derechos Universales, Derechos Especiales, así como Trato Social y la Perspectiva de Derechos.
Esto sin duda ha dejado muy mal paradas a las dos administraciones panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero con mayor desaprobación al actual gobierno federal del priísta Enrique Peña Nieto, quien por sí mismo, por sus erráticos funcionarios, pero no se diga de sus familiares -entre ellos su esposa e hijas-, han marcado públicamente la diferenciación social, entre los únicos que tienen y a los que todo les falta.
Lo feo
Sumado a esto, al otro lado de la frontera, en las últimas semanas hemos visto como crecen los ataques en los Estados Unidos contra ciudadanos de rasa negra a manos de policías blancos.
Lo anterior pese a que La Unión Americana aceptó firmar la Declaración y Programa de Acción de Durban en 2001, en la que textualmente cita:
“Los afrodescendientes han sido durante siglos víctimas del racismo, la discriminación racial y la esclavización, y de la denegación histórica de muchos de sus derechos, por lo que deben ser tratados con igualdad y respeto de su dignidad, sin sufrir discriminación de ningún tipo”…
Aunque establecido, EE. UU. nunca cumplió, ni lo cumplirá.
Durante la firma de la Declaración se hicieron recomendaciones concretas sobre cómo combatir la discriminación contra muchos grupos, entre ellos los africanos y los afrodescendientes.
Irónicamente, en el año 2011, cuando se conmemoró el décimo aniversario de la Declaración y el Programa de Acción de Durban, también se decretó el Año Internacional de los Afrodescendientes.
Esta coincidencia, fue una oportunidad excepcional para redoblar los esfuerzos destinados a promover la lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia que afectan a los afrodescendientes en todas las regiones del planeta. Sin embargo, al igual que en México, el fenómeno del racismo y la discriminación incrementó día a día.
Colofón
Empero, en un acto similar, ni los embates de los republicanos blancos para acabar con el mandato de un presidente de color, Barack Obama, ni la cacería de inmigrantes, así como de ciudadanos de rasa negra, han mermado tanto al mandatario estadounidense, quién su aceptación va en recuperación y ha salido Avante, contrario a Enrique Peña Nieto, que sus bonos ya no se venden ni como baratijas en los mercados de pulgas.
Ahí es donde se tiene que reconocer una y otra vez, que lamentablemente se cumple lo que decía el andariego: “tanto muerde el perro que tiene la rabia, como ladra el que se la pegó”…
Recuerde que yo solo escribo, pero usted tiene la última palabra y la mejor opinión. Nos saludamos la próxima semana…