La Polémica Sobre Si La Estatuilla Del Oscar Esta Basada En Un Mexicano
STAFF/@michangoonga
Con sus 34 centímetros de altura y 3,85 kilogramos de peso, sin duda que la estatuilla dorada del Oscar es
uno de los reconocimientos más famosos en todo el mundo mismo que se entrega este domingo por parte de la Academia de Cine de Hollywood en Los Ángeles, California.
La estatuilla sin embargo es un misterio, representando a un caballero desnudo sosteniendo una espada sobre un rollo de película- se han convertido en el símbolo máximo de la excelencia en la industria del cine comercial.
La leyenda cuenta que el nombre se lo puso en 1928 la bibliotecaria de la Academia, Margaret Herrick, quien al ver la estatuilla aseguró que se parecía a su tío Oscar. Y ese apodo apareció por primera vez en la prensa en 1934 y fue adoptado oficialmente como nombre de los premios en 1939.
Lo que no está nada claro es quién fue el modelo -si lo hubo- que inspiró el fornido caballero dorado de la espada, aunque una teoría asegura que se trató del actor y director mexicano Emilio «el Indio» Fernández (1904-1986).
Todo comienza en 1929 cuando el productor de cine Cedric Gibbons, quien se encontraba casado con la actriz más codiciada de Hollywood, Dolores del Río quien a su vez sostenía una relación de amistad con el actor, Emilio Fernández, buscaba a la persona indicada para posar para dicha presea.
Asimismo, se dijo que la complexión delgada y fornida producto de haber sido clavadista en La Quebrada, resultó ser la opción ideal para ser el modelo de la que sería, la estatuilla más importante del mundo de la cinematografía.
Se dijo además que luego de realizar diversas audiciones con el propósito de estar en una película y no lograr éxito, su amiga Dolores del Río, lo presentó con su esposo.
Fernández -cuyo apodo tenía su origen en sus ancestros indígenas- aterrizó en Hollywood huyendo de su México natal por cuestiones políticas en los años 20 del siglo pasado. Según cuenta la historia, Fernández era amigo de la actriz mexicana Dolores del Río.
Del Río sugirió a su esposo que utilizara a Fernández como modelo. «El indio», pese a resistirse a la idea, finalmente aceptó posar desnudo para el diseño de lo que hoy se conoce como el Oscar.
La anécdota, sin embargo, nunca ha sido corroborada ni validada por la Academia de Hollywood, la entidad responsable de estos premios que este año celebran su 87º edición.
En tanto que expertos como Laura Isabel Serna, profesora de la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en inglés), quien ha estudidado la presencia de mexicanos en el Hollywood de los años 20, considera que no hay pruebas concretas que sostengan esta historia.
«Creo que sería maravilloso que fuera cierto, porque sería otra demostración del papel que jugaron los mexicanos, y los latinos en general, durante los años formativos del cine estadounidense», aseguró Serna en una entrevista con la radio pública estadounidense NPR.
Charles Ramírez Berg, profesor de estudios cinematográficos de la Universidad de Texas, sostiene que es posible que haya sido el propio Emilio Fernández el que creara la historia ya que era conocido por «inventarse partes de su biografía, como que le había enseñado a Rodolfo Valentino a bailar el tango».
«Le gustaba entretener a la gente con sus historias, aunque no lo hacía con ninguna maldad», explica Ramírez Berg en conversación de BBC Mundo.
«Al mismo tiempo, también es posible que la historia fuera cierta, ya que cuando vivió en Los Ángeles formaba parte de la comunidad de artistas mexicanos que se habían mudado a Hollywood para probar suerte en la industria del cine, como Lupita Tovar, Lupe Vélez, Ramón Navarro o Dolores del Río».
Según el experto, «Del Río estaba casada con el encargado de diseñar la estatuilla, así que es posible que ella le presentara a Fernández a su marido».
«Además, si se mira el aspecto físico que Fernández tenía en esa época es similar al de la estatuilla de los Oscar: musculoso, con unas espaldas anchas y una cintura estrecha».
*Con info de AGENCIAS