El PRI Entrega La Plaza // By Don Diablo

By: Don Diablo

Para que le cuenten a sus nietecitos una historia muy peculiar de cuando les pregunten acerca del tremendo desmadre que se vivía en estos años, en estas tierras convenientemente alejadas de las manos de Dios:

Como en los tiempos en que las batallas se daban por perdidas, una vez que se oficialice la designación de Chon Orihuela como ‘candidato virtual’ de unidad a la gubernatura de Michoacán, el PRI sacará su bandera blanca de rendición ante el oponente y comenzará la entrega -sino es que probable devolución- de la plaza que recuperó hace tres años luego de haberla perdido por nueve años y medio.

Es decir, el gobierno de Enrique Peña Nieto ‘abdicará’ ante el reto que no ha podido resolver en todo este tiempo: gobernar -a- Michoacán.

No es necesario hacerle mucho al pendejo para leer, bien clarísimamente, el mensaje que envió la cúpula del poder a través del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) con la designación del senador zitacuarense.

Eso lo sabemos todos los aquí presentes en este tugurio en que han convertido a Michoacán. Amigos y enemigos. Chon no era ‘el bueno’, ni tampoco el ‘menos peor’ de la baraja de los seis nombres que se apuntaron, dos de ellos cínicazos sin reales ni verdaderas opciones de competencia más allá de su interés personal de seguir fertilizando sus tierritas políticas o de ganarse una parcelita .

Los contrastes de la vida política: Mientras Silvano y Cocoa seguramente brindaban (claro, por separado) tras conocer la designación de su rival Tricolor; las caras de incredulidad, de desconcierto, las expresiones y manifestaciones de fracaso y decepción se apoderaron de buena parte de la militancia.

Esa misma militancia que, a pesar de todo y contra todo, sigue siendo ‘faustista’ y ‘reynista’, y que nada más juntas vienen aglutinando mínimo-mínimo, a un 60-70% de las estructuras no sólo territoriales y de los comités municipales, es decir, de las organizaciones operativas, de las bases, de las encargadas de conseguir el ‘voto duro’ con el que cuenta el partido, en una elección que precisamente será definida por el sufragio corporativo ante un inminente abstencionismo abundante.

Porque si algo tienen claro los priistas, y más los michoacanos, es la lealtad. Tal vez antes que la institucionalidad, que viene siendo como su segundo rasgo distintivo de ese gen con el que nacen todos los militantes del PRI.

Aún cuando el ex gobernador Reyna esté entambado bailando el rock de la cárcel y el otro ex gobernador Fausto haya sido sobajado y humillado por los enviados de su propio partido quienes le negaron una salida decorosa y en cambio le orquestaron un “inexplicable” escarnio mediático; su gente, de ambos, se ha reagrupado, y muchos se han mantenido leales a esas causas, tanto por conveniencia, como por temor como por un sentimiento de defenserse entre todos ante lo que en su momento fue una ofensiva avasallante de parte del Comisionado federal para la Seguridad y el Desarrollo de este circo de chingomil pistas de atracción.

Porque otra cosa que tenemos bien claro los aquí presentes, es que toda huella o indicio del ‘faustismo’ y el ‘reynismo’ debe ser cuando menos aislado sino es que erradicado de preferencia en la nueva era Virreynal de Michoacán.

Y esos faustistas y esos reynistas, acosados muchos de ellos, definitivamente NO van a trabajar los votos para Chon Orihuela. Así como el agua y el aceite no se mezclan, así entre priistas michoacanos claramente hay razas, y en este caso la del Oriente no se llevan muy bien con el resto.

Pero además, no lo harán no sólo por cuestiones de lealtad ya que sus líderes apostaban por el delegado de Sedesol, Víctor Silva, para que fuera el gallo elegido. Sino que tampoco lo harán porque saben, y muy bien, sin la necesidad de ser expertos en encuestas y mediciones, que Chon no es un producto político competitivo, el cual pueda disputarle y remontar la desventaja con la cual arrancará el ungido priista, sea quien fuere, ante los posicionamientos de las figuras de Silvano y  Cocoa, que siendo oposición sólo deben medianamente catalizar el descontento palpable que hay con los resultados del PRI-Gobierno en el estado para ya sacarle una buena delantera al candidato tricolor en cuestión.

Chon representa a ese PRI dinosáurico, avejentado, ese ‘viejo’ PRI que aún oliendo a rancio se niega a desaparecer, mucho menos renovarse.  Más allá del escándalo del Porsche Panamera de casi dos millones de pesos; de los temores a que emerja algún video o grabación comprometedora; de que revivan aquel caso de los dólares relacionados con el ‘Güero’ Palma; Chon simplemente no es, no ha sido, ni será, un personaje que aglutine a todo el priismo como para conseguir lo impensable: que el PRI mantenga el poder en Michoacán.

Ni Jesús Reyna, cuando fue candidato en el 2007 y gozaba del control del partido pudo lograr la tan anhelada y trabajosa “unidad” quedando en un muy distante tercer lugar, que en cambio sí gestó Fausto misma que le permitió recuperar lo que hoy al parecer su partido ya no puede cargar más.

Todo esto ¡claro que lo sabemos! los aquí presentes, empezando por el comisionado Castillo quien alentó las escasas posibilidades del empresario Adrián Huerta y logró colarlo a la mesa de negociaciones sin ser siquiera militante con los requisitos necesarios.

Y claro que todo esto también lo sabe el director de CORETT, Jesús Álcantara Nuñez, el cerebro detrás del llamado Plan Michoacán, el mismo que propuso a Salvador Jara para gobernador sustituto y quien es encargado de entretejer las cuestiones de la política interna, mientras el comisionado Castillo se encarga de las operativas.

Y aún así, la cúpula del poder que rige al PRI apuesta por un candidato perdedor. En contra del clamor generalizado de las bases del partido, César Camacho ungió a Chon, y lo presentará ante los priistas michoacanos con muchos números y estadísticas que lo posicionado como el más aventajado y blablabla para tratar de medio tapar la evidente imposición.

Tal vez sea una obvia señal del visto bueno de Los Pinos para con Silvano y la buena quimica que tienen; tal vez al gobierno de Peña Nieto se le hace menos costoso políticamente el que el conflictivo y desmadroso Michoacán mejor regrese a ser gobernado por la oposición, al cabo que ellos también contribuyeron, por igual, en la descomposición del estado.

Como quiera, una vez concretado la candidatura virtual de “unidad” de Chon Orihuela, comenzará la desunidad en el PRI Michoacán, y cada grupo buscará rascarse -y salvarse- con sus propias uñas, ante la entrega de la plaza que recuperaron sólo por tres años, y ni siquiera de forma completa.

Total, nada que les sea desconocido. Ya lo padecieron cuando perdieron con Anaya y con Reyna. De vuelta a ser oposición, aunque tal vez, esta ocasión sera de manera permanente.