Los derechos de los animales
14 de octubre del 2013 se aprueba reglamento para la Atención, Control y Trato Digno de la Fauna Canina y Felina Doméstica del Municipio de Morelia. Aprobado por decisión unánime por parte del Cabildo, aplaudido por miles de animalistas y sociedad en general interesada en el tema. ¿Y luego? Como otros tantos… Es letra muerta, es «atole con el dedo».
En lo general el reglamento habla sobre garantizar protección y bienestar a perros y gatos que habitan el municipio, sancionar económicamente a aquellos que transgredan los artículos de prohibición. ¿Quién se ha atrevido a denunciar casos de maltrato animal? Porque hay muchos y son evidentes. Para aquellos que lo hemos intentado, respuesta en primera instancia: «no hay departamento que se encargue de eso, señorita». -cara de asombro y prejuiciadas mis facultades mentales-. ¿Cómo es que las autoridades pueden aplicar un reglamento de protección animal cuando ellos ignoran su existencia y/o aplicabilidad?.
Ahora, en este renglón voy a hacer énfasis en la raíz del problema de la sobre población canina en Morelia, Michoacán y en todo México, la compra y venta de perros. En el artículo 5 de PROHIBICIONES, fracción I: (prohibida) LA VENTA de ejemplares de la fauna regulada en la vía pública. Que corresponde a Dirección de Mercados y Comercios ejecutar y llevar a cabo el decomiso y poner a disposición de las autoridades a la persona que comercialice en la vía pública para su respectiva sanción. Mercados y Comercios así como Centro de Atención Canina y Felina del municipio depende de la Dirección de Servicios Auxiliares y entonces, tres dependencias de gobierno que se pasan la bolita de la obligación para llevar a cabo la parte que les toca del reglamento.
Y así, es que podría mencionar cada uno de los puntos, artículos y fracciones de la que en un momento fuera la felicidad de muchos, el Reglamento para la Atención, Control y Trato Digno de perros y gatos y que ahora tras más de un año de su aprobación y siendo testigo de la tibieza y desinterés de las autoridades y por qué no decirlo, de mismos animalistas, es letra muerta. «la realidad demostró que poco y nada de lo registrado se cumplió».
«… Porque entiende, Romelia; son animales, nada más…»
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