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A través de Twitter el historiador Enrique Krauze condenó la detención de Rosa Verduzco Verduzco “Mamá Rosa”, fundadora del albergue Gran Familia en Zamora el cual fue asegurado este martes mediante operativo de fuerzas de seguridad federales en coordinación con autoridades estatales tras cinco denuncias por secuestro de menores.
Aunado a ello el procurador de la República Jesús Murillo y el gobernador de Michoacán, Salvador Jara, señalaron que ante las evidencias encontradas en el lugar más testimonios recabados se investigan otras anomalías y delitos como abuso sexual, tráfico de órganos, explotación infantil entre otros.
Ante ello Krauze en su cuenta de Twitter lamentó tales hechos y consideró que hay un acoso del gobierno michoacano:
“ Inadmisible el acoso del gobierno a Rosa Verduzco en Michoacán. Una vida dedicada a recoger huérfanos. Vendrá una protesta internacional.
Mi texto sobre Rosa Verduzco, madre de miles de huérfanos, acosada inexplicablemente por el gobierno en Michoacán
Rosa Verduzco en 60 años ha adoptado miles de niños. Caso único en la historia mexicana. Pido al gobierno respeto a su vida y apego a la ley”.
Krauze también compartió un texto escrito por él en el 2000 donde alaba la labor altruista de Mamá Rosa a quien equiparó con el benefactor religioso Vasco de Quiroga, ensalzando virtudes e incluso defectos de Verduzco Verduzco :
“Ocurrió en Zamora, Michoacán, hace más de medio siglo. A partir de entonces, es uno de los experimentos más sorprendentes en la vida social mexicana desde los pueblos hospitales que Vasco de Quiroga estableció en la Meseta Tarasca, cercana a la región. Una mujer sola, llamada Rosa Verduzco, ha recogido, adoptado y educado para una vida digna y productiva a varios miles de niños abandonados. Su obra es, ante todo, un prodigio de caridad, pero las enseñanzas que se han desprendido del proceso y las ramificaciones de éste en la vida zamorana, son igualmente extraordinarias.
La historia comenzó cuando Rosa tenía trece años. Aunque provenía de una familia de abolengo, su preocupación temprana fue dar protección y cariño a los niños indigentes. Aquella gordita risueña, extraña compañera de «cascaritas» callejeras, conseguiría de la reticente comunidad una casa prestada y algunos alimentos para dar inicio a su obra. Fue «Pituco», el primer hijo registrado como suyo. La sociedad zamorana tardó tiempo en asimilar lo que veía. No pocas veces reaccionó con incomprensión, intolerancia y una suerte de asco. La salvaje piedad de Rosa parecía una locura” reza un fragmento del texto titulado Una postal de Navidad.