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La semana pasada se dio a conocer la historia de una joven estudiante de nombre Ali Roxox a quien se le fue negada la entrada a un café solo por llevar vestimenta indígena.
Por tal motivo la joven quien estudia el doctorado de la etnia maya k’iche’ de Guatemala, aseguró que ella ha vivido en Chiapas desde hace tres años por lo que exigió que la Pastelería francesa “Oh la la” le debe de pedir disculpas por discriminarla.
Al respecto la indígena guatemalteca aseguró que al entrar a la cafetería estaba ejerciendo su “derecho de consumidora, por motivo del estigma de mi identidad étnica, manifestada en mi vestido propio, que me distingue como parte de un pueblo originario maya k’iche’ de Guatemala”.
Asimismo aseveró que “desgraciadamente, este tipo de violencia está normalizada en la sociedad, y peor aún en las cámaras comerciales, las autoridades municipales, estatales y nacionales; quienes, observo, son omisos en reaccionar frente a estas flagantes violaciones a los derechos humanos”.
A través de un escrito que la joven dio a conocer a los medios de comunicación locales, aseguró y terminó su texto con lo siguiente: «Quiero dar por cerrado este caso, que en lo personal me desgasta y me ofende. Espero que la disculpa pública solicitada, no se demore en llegar. Mi deseo es que este caso se convierta en un precedente, para dar origen a una nueva relación,a un cambio de políticas públicas, que se sustenten en el respeto a las mujeres indígenas que luchan día a día, de una manera honesta, y que el sistema neoliberal les ha arrojado al comercio informal. Ellas no son responsabilidad de tener a a la calle como su único espacio de sobrevivencia».