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La música es esperanza. Así lo demostraron los niños de la Orquesta Sinfónica y Coro Esperanza Azteca Fundadora que lograron conquistar a quienes se dieron cita este domingo en la Plaza Valladolid.
Con la Conquista del Paraíso de Vangelis abrieron su presentación dentro del XXV Festival de Música de Morelia.
El director Julio Saldaña presentó un programa muy alegre. La novena sinfonía de Beethoven, Vedi! Le fosche notturne spoglie (coro de gitanos de II Trovatore) de Giuseppe Verdi, Danzón No. 2 de Arturo Vázquez, fueron algunas de las piezas que interpretaron.
“Recibimos un apoyo del público, una energía, una alegría maravillosa. Realmente Nos vamos tremendamente felices, nutridos del recibimiento de este público conocedor y, sobre todo, sensible de este gran esfuerzo. Los niños llegaron a un clímax en su carrera, puesto que no era solo la primera vez que tocaban en un Festival Internacional, sino que tocaban de memoria todo un programa y eso no es absolutamente nada común y creo que tienen un gran merito.” Así lo mencionó su director.
El público se entregó a los niños y niñas, en su mayoría de escasos recursos, que son parte de este proyecto que busca brindarles una mejor calidad de vida mediante una red nacional de orquestas sinfónicas y coros.
El pequeño Alfonso Medina, solista de 8 años, se ganó la admiración, respeto y cariño de los asistentes. Con su violín emocionaron y se llevaron en varias ocasiones los aplausos.
Por más de un año, los integrantes de la Orquesta Sinfónica y del Coro Esperanza Azteca Fundadora se han dedicado a desarrollar su talento. Hoy nos dieron una muestra del resultado pero también de esa alegría que les caracteriza al cerrar su concierto a ritmo de mambo, poniendo a bailar no solo a sus instrumentos, sino a todos los presentes.