Por un futuro sin normales/ By @berenjenableu
Por @berenjenableu
La educación, y más aún vinculada a los normalistas, es un tema que -desgraciadamente- siempre está candente en Michoacán. Ahora vuelve a resurgir luego de que este fin de semana los tiris secuestraron alrededor de 14 autobuses.
Nada en realidad justifica estas absurdas acciones, y para no ser la excepción, en esta ocasión también es risible la explicación que dan los voceros de los normalistas, como el que estos recientes secuestros de autobuses se dan porque el Gobierno del Estado les negó su petición de darles vehículos para movilizarse.
No obstante, es hora de que se pase del eterno debate infructuoso a discutirlo a fondo, con seriedad, con las cartas puestas sobre la mesa sobre esto que se ha convertido en un problema.
Y es que hay que afrontar el hecho de que actualmente las Normales han perdido el rumbo, se han desviado de su propósito principal que es apoyar y formar a los futuros profesores de la entidad; hoy lo único que producen son pseudomaestros que se especializan en bloqueos de calles y carreteras, en robo de vehículos, alimentos, y otras acciones reprobables, todo en perjuicio de los ciudadanos.
Como muchos de los problemas de Michoacán, es un asunto más que durante varias administraciones estatales se dejó crecer hasta el punto de que hoy es un fuerte dolor de cabeza para autoridades y sobre todo, ciudadanos, con una complicada vía de solución.
No es un secreto para nadie que los normalistas son un grupo consentido por las autoridades, gracias a sus prácticas de chantaje y continuos retos lanzados al Gobierno del Estado.
Ante este panorama, sin duda que se ameritan acciones que solucionen el tema de raíz: El cierre de las Normales.
No es algo nuevo, incluso aunque pareciera intimidador por la respuesta que implicaría por parte de estos jóvenes que han demostrado no tener escrúpulo alguno para conseguir lo que desean, así sea totalmente inmerecido, pues en otras entidades de la República se optó desde hace tiempo por esta resolución.
Analicemos también que el costo que representa al erario público la educación es demasiado, sin que se obtengan resultados visibles de ello, ya que continuamos en los últimos lugares en aprovechamiento educativo del país.
A final de cuentas, la función de las normales ha derivado en preparar a los futuros profesores que integrarán las filas de sindicatos radicales, como la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) quienes abandonan las aulas ante el mínimo pretexto y protagonizan lamentables protestas con enfrentamientos y provocaciones a los policías así como la destrucción de monumentos, instalaciones o cualquier cosa a su paso.
Esto tiene que parar, no podemos jugar con el futuro de las próximas generaciones tan irresponsablemente condenándolos a maestros sin preparación suficiente y sin valores fundamentales, ¿qué ejemplo les ponemos a los futuros ciudadanos?
Yo sí estoy de acuerdo en que desaparezcan las Normales, ¿y tú?
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