Historicidad y culpa/ By @Oswaldisimo
Por: Oswaldo Calderón
En: http://goo.gl/6BbHpb
Andaba yo forúnculando las neuronas y poniéndolas a remojar en plasticidad cuando recordé que mi pasaporte está a punto de vencer. Todos los plazos llegan y el pasado, sobretodo el histórico, crea culpa; destinados estamos a sufrir la insolación de los actos y redimir el pasado en aras de un mejor y moderno pensamiento esperanzador que neutralice las vergüenzas o gloriosas ideas abstractas o materiales. Así encuentro que en asuntos históricos e histéricos, mucho es lo que se puede decir de una cultura o sociedad en particular y por sus atracciones turísticas más. Cada pueblo tiene lo suyo y vende esa imagen al mundo según sus necesidades o intenciones globales; en contraposición con el subconsciente colectivo, donde cada uno ve lo que quiere ver y no aquello que se quiere mostrar. Cada nación siente orgullo por sus lugares y monumentos o ciudades y como turistas reales o virtuales estamos dispuestos a sacrificar la revelación del progreso por la necesidad natural del oprobio.
En México tenemos de todo y para todos, somos una nación que se forjó y forja con la mentira y el desprecio, el asesinato y la traición, que por tren se acercó al progreso y llevó la esclavitud como pendón; junto al guadalupanismo pretendemos la laicidad de la democracia inexistente, la república de los ricos y la fastidiosa idea del nacionalismo y patriotismo secular per omnia saecula seculorum. Cuando un piensa en turismo nacional, seguro lo más representativo son las zonas arqueológicas, desde la culturas Teotihuacanas y Aztecas, hasta las Mayas. Hay una profunda reverencia por el pasado glorioso de nuestra nación y un desprecio innecesario por la conquista.
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Leía un tuit, donde un tuitero expresaba su orgullo Azteca frente a un español y me quedé más frozen que Madonna; somos capaces de enfrentar la injuria y desprecio con base en un pasado histórico y al mismo tiempo despreciar las culturas emanadas del mismo. Un mexicano creyéndose Azteca, cuando es más mestizo y menos criollo que el perro de taquería de la esquina. Somos un país donde el estándar de belleza tiene como primo el peróxido y McDonald´s es el pan nuestro de cada día. Así que ya sabe, si alguna vez tiene la oportunidad de ser guía de turistas, pues a las zonas arqueológicas que están subvencionadas por el Estado y capitales extranjeros donde a los naturales, aquellos con verdadera sangre Azteca son prisioneros de su pasado y explotados por su naturaleza. No somos los judíos de Schindler, sino los hijos de la chingada de Paz.
Cuando uno piensa en París, no divaga la mente en futilidades como derechos civiles, ni en la Bastilla o la vergüenza de sus reyes exiguos; la mente se instala en La Torre Eiffel. Lo más representativo de Francia es un monumento expreso a la modernidad y la razón; están por demás sus cafés o pintores e incluso sus museos. Tenemos una deuda histórica con los franceses, dicen, o ellos con nosotros, dicen. De nuevo se instala el pensamiento insondable de la venganza por lo que sucedió hace siglos y que nuestra mexicanidad es incapaz de superar. La Ciudad de las Luces y los perfumes está años luz de confrontar nuestra incapacidad de eterna nación conquistada.
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En: Producimos una absurda película, casi ridícula y cómica sobre La Batalla de Puebla, desde la historia didáctica, para amedrentar nuestro nacionalismo mientras nos ponemos unas gotas de Chanel para azuzar la conciencia global de nuestra condición. Dicen por ahí las malas lenguas que ya saldamos la deuda con los franceses y a cambio de una Guerra de los Pasteles, producto de un robo y conspiración; les mandamos una secuestradora, consecuencia de la ineficiencia del sistema legal del país, la negligencia de los medios de comunicación y la corrupción mexicana. De cualquier forma, evidenciamos nuestra incapacidad. Vive la France!
¿Qué será lo más representativo de España? Espero no sea Rocío Dúrcal o la Pantoja; a parte del flamenco y la Puerta del Sol, seguramente Granada. De España vinieron los conquistadores con sus palos de fuego y casas flotantes, de allá también la religión y con ella la redención, las imprentas y el conocimiento en torundas de expiación y culpa, llegaron las ratas y se especializaron acá, también las enfermedades, dicen. De Granada se fueron para inmolarse los paganos y con la diáspora de desgraciados huyeron los temores de la cristiandad.
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En: Es curioso que Granada sea un atractivo nacional español, tan irónico como el Ángel de la Independencia en México, idea nacionalista realizada por un francés con arquitectos y artistas italianos y mexicanos, que alberga a los héroes que nos dieron patria y libertad, invaluables, intachables, padres de la nación, súper héroes de la Liga de la Justicia y demás títulos honorarios y nobiliarios existentes. De España vino el idioma montado en “Rocinante” y la riqueza del leguaje. Cuando viaje a España no pida tortas, o mejor sí, para que aprenda la lección y su pasado histórico se justifique, no el de ellos en esta ambigüedad, sino el de nosotros.
Uno no puede pensar en Inglaterra sin aventar suspiros de melancolía por los Beatles o prodigar bendiciones leyendo a Shakespeare; pero lo más representativo de los ingleses, no son ni sus grupos de rock o su idioma, sino la monarquía. Resulta impensable que una estructura impuesta y rígida siga dominando la mente de un pueblo y sea no sólo tolerada, sino abiertamente aceptada. La monarquía inglesa ofrece a su pueblo gran parte de la divisas de la nación, la figura monárquica forma parte necesaria de la economía del país. La Corona es parte de la identidad nacional de los ingleses.
En: Acá en nuestra chinampa de riqueza e inescrutable moralidad, tenemos nuestros propios monarcas y no de sangre “real”. El presidencialismo es la corona de la nación, crea sus propios herederos que proveen los partidos políticos; la corte está compuesta por los hombres mejor pagados del planeta: senadores que se comportan como lores, diputados con títulos de propiedad y heredad, ministros de justicia con poderes eternos, príncipes de la iglesia que perdonan vidas; y por último, el pueblo que pide PAN y les dan PRI, que quiere justicia y tienen PRD, que vive como tercermundista pero encabeza la listas de obesidad. Pobres y tripones con vida de miseria pero panza de primermundista. God save the Queen!
Arbeit Macht Frei. Es una oración que como un fantasma pesa sobre toda una nación. Decir la oración está penado en Alemania y es causal de prisión. El pueblo germano inventó la imprenta y con ella el dominio de la religión en el mundo occidental; a pesar de sus cientos de intentos en ofrecer una extensa gama de lugares históricos para visitar en Alemania, los lugares obligados para cualquier turista y los más visitados son los campos de exterminio nazis. Una nación donde el pasado no olvida y pesa más que en cualquier otra del mundo. Hace poco una presentadora de televisión en un programa en vivo, utilizó la oración dentro de un contexto muy diferente y fue despedida en el acto por la televisora.
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En: «¡Viva Fernando VII!, ¡viva América!, ¡viva la religión y muera el mal gobierno!» Esta versión es la que nos ofrece Juan Aldama según los registros históricos de 1810 e inaugura la Independencia de México. No está muy alejada de la oración en alemán que daba la bienvenida a los campos de la muerte en la Alemania nazi. Para tales efectos Fernando VII era la versión monárquica de Hitler, el opresor de los pueblos conquistados y sometidos a la esclavitud, el rey que proveyó a una nación con los recursos de otras naciones; ¿Viva América? ¿Cuál América? ¿La de Fernando VII? ¿O la de un pueblo libre? ¿Viva la Alemania Nazi? ¿La América religiosa? ¿Sin protestantes? ¿Sin judíos? ¿Sin paganos? ¿Dónde la diferencia? La persecución de la Iglesia católica en Granada y México hacía cualquiera que no fuera católico por la Santa Inquisición fue peor y más eficaz que la del partido nazi.
Comparativamente la Iglesia Católica, según fuentes varias, ha asesinado a mucho más personas o víctimas que los nazis: sólo los asesinatos cometidos por Dios o en su nombre en la Biblia se calculan en 24 millones, durante las cruzadas el número de muertes se estima en 5 millones y durante la Inquisición, según Don Juan Antonio Lorente, no fueron más de 340 mil, según otros historiadores la cifra supera los 50 millones entre quemados en hogueras, quemados en estatua y penitenciados con penas graves. En total, poco menos de 80 millones de asesinatos en el nombre de Dios y por los nazis poco más de 14 millones entre judíos, prisioneros políticos, gitanos y homosexuales.
En la actual guerra contra el narcotráfico el saldo es poco más de 150 mil muertos según el diario “La Jornada” y más de 300 mil desaparecidos. Durante la guerra de Independencia murieron 500 mil personas y la de Texas unas 2 mil, en la Intervención Norteamericana 23 mil, en la Rebelión Maya unos 300 mil, en la Guerra de Reforma 8 mil, la Intervención Francesa dejó 38 mil muertos y la Revolución Mexicana un millón, con los Cristeros 250 mil. Así que sólo en México las guerras y el Estado han asesinado a más de un millón quinientos mil mexicanos en 200 años. No existe mejor método de mortalidad probado que un Estado represor. En Fin, visite México con escala en Auschwitz.
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En: Y para terminar esta sencilla exposición, USA. El país del sueño americano, por más que se esfuercen en proponer lugares históricos, geográficos, museos y la tan demandada y manoseada democracia; el lugar más visitado de USA es Disneylandia. La nación bélica más poderosa del planeta con sus cientos de millones de paranoicos sólo puede producir surrealismo del más alto nivel. Es más conocido Mickey Mouse, que Abraham Lincoln. Aunque poco más del 80% de naciones del mundo han sufrido ataques, intervenciones y guerras de USA que bautizos confirmados.
La próxima vez que vaya de viaje, “visite Estados Unidos, ante de que Estados Unidos, lo visite a usted”.
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