¡DISERTACIONES DE LA CHINGADA!/ by @Oswaldisimo
Por: Oswaldo Calderón
(Eso de estar esperando a que venga el señor del agua es una joda; pero en cambio, siempre puntuales llegan los “hermanos” a predicar la palabra de Dios, primero los cristianos seguidos por los testigos de Jehová y por último los mormones, que por lo menos son occidentalmente más guapos que los otros, aunque la guapeza es un asunto ríspido de interpretación, pero la belleza, es otra cosa.
¡Qué nos va a llevar la chingada a todos! ¡Sí lo sé! ¡Qué Dios tiene un plan para cada uno! ¡Qué chinga! ¡Qué no digas malas palabras! ¡Me vale madres! ¿Tiene usted cinco minutos? Si nos va a cargar el payaso a todos, prefiero ocupar esos cinco minutos y no discutir. O a lo mejor tú eres de los que van de casa en casa llevando el evangelio y yo aquí siendo intolerante con tu piadosa misión, pero si eres de esos, ¿qué no tienes nada mejor que hacer? ¿No hay trastos en tu casa que lavar? Seguro Dios te lo tomará en cuenta, pero en la otra vida si es que hay una y si es que hay un Dios.
No soy ateo pero no confío en ese dios cristiano, veleidoso y caprichoso, A veces cuando mi sobrina me pide que le ayude con su tarea de la primera comunión me dan ganas de decirle la verdad, ¿la verdad de qué? ¿La verdad de quién? Mi madre como friega con que le compre un rosario electrónico de Juan Palo II, me pregunto si habrá piratas, prefiero que ese dinero se vaya al comercio informal, que a la formalidad de la iglesia, de entre los ladrones al menor.
Hay días en que la chingada se apodera de ti, te toma de los wevos o de los ovarios y dan ganas de seguirla, de ser un auténtico hijo de puta como bien lo describía Octavio Paz y hasta a él se lo llevó el carajo, perderse en un laberinto de Borges o simplemente acabarnos el mundo para saber que se siente. Simplemente jugar rayuela y mirar al cielo para esperar un rayo por cínico. Al final nada somos como dicen los borrachos en los sepelios y los ecologistas dicen que somos lo que comemos, esa basura yo no me la trago y tampoco deberías hacerlo tú, por salud mental, ahí está mi amiga comiéndose las uñas porque se tragó una torta de divorcio y ese otro unos tacos de orfandad, qué tal aquel que se jambó una jarra completa de problemas y fulanito está muriendo por unas enchiladas de cáncer, ¡a otra perra con eso de que somos lo tragamos!
Pero si las veo tragar sano y morirse igual que una que vive de quesadillas, sanos y enfermos todos nos vamos a la chingada, no hay de otra. Hasta Lázaro volvió al mismo hoyo de donde salió. Vivimos en el planeta de los quienes (no acentuados), llenos de fulanitos y zutanitos, menganitos y perenganitos, todos buscando por debajo de las piedras el futuro que no existe, el presente que se fue de las manos y orgullosos de un pasado de la chingada; así llegamos con las manos entre las nalgas y viviendo de nada, rebanadas de ilusiones y felizmente acongojados o reprimidos como un personaje lorquiano. Hay que ser tolerante, eso dicen los intolerantes, la tolerancia ¿no te suena a intolerancia?
Te respeto pero tú con tu rollo y yo con el mío, en ese sentido la mentada y manoseada tolerancia se convierte en llana discriminación y falta de compromiso, ¿a quién le importa el compromiso? Somos sólo bestias de carga nerviosas y con el miedo en los ojos esperando no caer al vacío como bien reza el poeta. Vivir tiene que ser algo más que esperar a Godot o recibir flores de la señora Dalloway, algo más que esperar la muerte en algún hospital para tuberculosos o morir en el intento. Aunque la vida como es ahora, sencillamente es una chingadera también, ¡maldita hierba que se puso en mi camino! ¿Acaso no es un día perfecto para un exorcismo? ¿Para que llenarnos de cosas sí nada nos vamos a llevar al crematorio? Huesos y piel convertidos en cenizas que se convierten en otra cosa para guardar. ¿Qué pedo con la lluvia? ¿Qué pasa con el día? ¡Qué importa! Paloma no llores.
Estamos irremediablemente condenados a ésta piel, hasta el día que muramos o mueramos aiga o no verda en ello y que la gente hable como quiera y escriba como se le hinchen los tanates, ni que fuéramos la policía de la gramática ni ortográficos puristas, total ¿se comunican, no? Tanto se escandalizan esos y aquellos por palabras tan obscenas y maledicencias, ¡hipócritas! Pero sí somos mexicanos y hablamos con madres y a madres, con chingados y a lo pendejo, encabronadamente mal y putísimamente a lo wey, valiéndonos madre la Real Academia de la Lengua Española y sus militantes jodidos, ahí va el Quijote a ponerles en su madre y si supieran lo que Cipión y Berganza andan hablando de su religiosa escrupulosidad se meterían al mismo hoyo de donde salieron ahogándose con el cordón umbilical. Un día de éstos va a bajar el mismísimo Dios vestido de Dior, en una nave espacial y les dará en el hocico por andarse cagando fuera de la arena, pinches curas, ¡putos todos! ¡Puto yo! Ahora sí debo ponerme a pensar en serio de que chingados voy a escribir y dejarme de mamadas en lugar de estarme rascando el zorro y viendo como Alaska, la vida pasar, y odiando a Arjona como todo mundo).
Había una vez…
Me despido por hoy, esperando sus comentarios y como siempre, les dejo mi tuiter y feisbuc para lo que gusten.
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