¡Sálvate tuuuú! / by @Loralach
Por Loralach
No están para saberlo, ni yo para contarlo, pero hace un rato, como hacía mucho, pero mucho tiempo, no tomaba un baño tan chingón como el de hoy. Una cerveza, un cigarro y muy buena música para acompañar el momento. Pero esperen, changoongos, no malinterpreten, estaba solita, disfrutando de tan glorioso momento.
Después de un buen regaderazo viene el descanso. Lo disfruté como hacía mucho y eso me hizo preguntarme porqué no lo hacía más seguido. De inmediato se vino una palabra a mi mente que en un santiamén me quitó el bienestar que sentía: ESTRÉS!!! Guaaaaaaaaaaaaa
Recuerdo que cuando era pequeña, esa palabra no la escuchaba mucho aun viviendo en el chilango donde la vida es muy acelerada. De repente oía a mi madre mencionarla, pero no concebía realmente su significado, ¡afortunadamente!
Conforme fui creciendo esas 6 letras comenzaron a resonar más fuerte en mis oídos y pude notar que era inevitablemente parte de mi vida cotidiana cuando digerí que estaba en boca de todos.
NO LO PUEDO CREER, me siento estresada al escribir esto, ¡es el colmo! Y es tan triste descubrir que ahora esa palabra existe en el vocabulario de los niños. Ahora los peques y hasta nuestras mascotas también lo sufren y presentan cuadros de ansiedad y nerviosismo… cuando era niña sufría de caídas en bicicleta, regaños, no sé, una gripa, pero jamás de esto.
El estrés (del inglés stress, ‘tensión’) es una reacción fisiológica del organismo para afrontar alguna situación que podamos percibir como amenazante… y estamos en un punto donde frecuente encontramos estas circunstancias dentro de nuestras rutinas… lo cual suena bastante absurdo, ¿Por qué habríamos de sentirnos así, si nuestra vida cotidiana puede ser muy repetitiva?
En realidad, ya no nos damos tiempo para nosotros mismos. No nos detenemos a saborear los pequeños instantes que nos ofrece la vida, y en cambio, nuestro constante acelere nos mantiene en un estrés activo que dispara ansiedad, insomnio, colitis, gastritis, migrañas, paros cardiacos… infinidad de malestares que la verdad me da flojera nombrar… es más, ni me sé tantos, jajaja, pero seguro que te identificaste con alguno de estos que acabo de nombrar.
¡Sálvate tuuuuuuuuuuuú! Recomendaría tratando este tema, jajaja. Esta palabra tan a la moda nos tiene limitados a perdernos de momenticos suaves que aparecen ante nosotros todos los días y a todas horas.
¿Qué podemos hacer ante esto? La neta me gustaría que me lo contaran, porque a pesar de que puedo ser muy relajada, muchas veces puedo ser una loca estresada que de repente puede requerir de un mezcalito para alivianar las tensiones del día.
Tal vez si dejáramos de tomar “tan a pecho” lo que vivimos o si nos sentáramos a pensar que todo en esta vida siempre tiene solución, “menos la muerte”, como dicen los abuelos, realmente viviríamos, ¿no lo creen?
Guaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa… qué loquera la mía de hablar de estrés, justo cuando estoy por irme a dormir. Pero espero que este debraye me lo haya arrancado porque de no ser así, tendré que recurrir a otros métodos, ¿alguna recomendación?
Facebook.com/ColumnaChangoonga
Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!
