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Michoacán está dentro de las entidades en las que el llamado “enemigo público número 1” de México, Joaquín el Chapo Guzmán, ha vivido tras su fuga del penal de alta seguridad de Puente Grande, ubicado en Jalisco, en 2001, en el sexenio de Vicente Fox.
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Según un reportaje de la revista gringa Neewsweek, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Administración Antidrogas de Estados Unidos (DEA), tienen dayos de que el Chapo Guzmán cambia de residencia frecuentemente en los estados de Michoacán, Coahuila, Sonora, Chihuahua, Veracruz y Tamaulipas.
La publicación refiere que “sin importar el costo”, el narcotraficante ha logrado derrumbar planes de captura en su contra y estudiar de forma minuciosa, la creación y exportación de drogas sintéticas para convertirse en la asociación delictiva más poderosa.
Y señala que al estar aliado con otros cárteles, el Chapo pretende lograr el “sueño” que no lograron narcotraficantes como Miguel Ángel Félix Gallardo, alias “El Capo de Capos” y Amado Carrillo Fuentes, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”, el trasiego de drogas en el mundo.
Neewsweek señala además que Colombia y Perú han sido algunos de los países en Sudamérica que han detectado el aumento de narcos liderados por Guzmán Loera en su territorio, donde operan también “Los Rastrorrojos” y “Los Urabeños”.
También apunta que el poder de expansión de Guzmán Loera ha ido cada vez más en aumento, prueba de ello, es que recientemente, España logró desmantelar una célula delictiva que operaba en Madrid, dirigida por Jesús Gutiérrez Guzmán, presunto primo del líder del narco.
Y agrega que en Guatemala, se han encontrado en más de tres ocasiones, documentos de Joaquín Guzmán Loera detectando comunicaciones estando al borde de su captura sin ser concluida
