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¿Mis planes para el futuro? Vivir.

Por Loralach 

Defeña de nacimiento, moreliana de corazón, cuyo sueño es crecer y convertirse en emoticón. Amante de las palabras bizarras y carcajadas sonoras. Mientras unos preguntan: “¿un cafecito?”, yo respondo: “sí, ¡cómo no!, mesero, por favor una chela”. Entre sus onomatopeyas favoritas se encuentra el “guaaaaaaaaaaaaaaaaaaa” que expresa alegría, emoción, frustración, y miles de cosas más. Goza de cualquier compañía porque la vida es un carnaval efímero el cual desconoce cuándo terminará.
Defeña de nacimiento, moreliana de corazón, cuyo sueño es crecer y convertirse en emoticón. Amante de las palabras bizarras y carcajadas sonoras. Mientras unos preguntan: “¿un cafecito?”, yo respondo: “sí, ¡cómo no!, mesero, por favor una chela”. Entre sus onomatopeyas favoritas se encuentra el “guaaaaaaaaaaaaaaaaaaa” que expresa alegría, emoción, frustración, y miles de cosas más. Goza de cualquier compañía porque la vida es un carnaval efímero el cual desconoce cuándo terminará.

Dijo Lucy, para The Guardian, cuando le preguntaron que quería hacer de su vida. La bloguera a cargo del Blog del Narco -el sitio en Internet que difunde “impactantes” imágenes e historias sobre la guerra de las drogas— sorprendió al país cuando en una entrevista lograda para este medio, dio a conocer que es una joven y que es mujer.

Quedé chocada. Saber que este blog, que se maneja desde el anonimato, es manejado por una chava en sus veintes. Me imagino la conmoción de muchos, sobre todo periodistas.

The Guardian logró tener la entrevista que muchos medios esperaban. Poder conocer un poco de la vida de quienes arriesgan el pellejo para dar a conocer los hechos crudos y reales que suceden actualmente en el país.

Lucy, pseudónimo que usó la chica para proteger su identidad, es una veinteañera del norte, que verdaderamente está comprometida con su vocación, pero casada con su país. Porque no solamente son pantalones, sino amor por la verdad.

Como es de esperarse, las opiniones sobre el blog son desiguales. Muchos piensan que seguramente el blog es de narcos y para narcos, algunos otros opinan que el blog simplemente fue hecho por morbo, porque ¿a quién no le llama leer la nota roja? Otros también admiran el trabajo de mantenerlo pese a las amenazas y la intranquilidad que esto pueda representar.

Pero lo que seguramente sí fue conmoción general, fue la noticia de que fuera una mujer y muy joven. “No creo que la gente se hubiera imaginado que una mujer hace esto (…) Es un duro golpe para el machismo mexicano y para la idea de que las mujeres son débiles, más delicadas. Existe una expectativa de que las mujeres debemos lucir bonitas, pero somos mucho más que eso”, dijo la bloguera a The Guardian.

Así es, Lucy, estamos sorprendidos de saber que eres mujer. Es un orgullo, pero también es una inquietud tremenda. Por fin, conocemos cómo vives, qué piensas, qué haces para sobrevivir, qué es lo que realmente te importa.

Es difícil digerir que el blog del narco esté vivo, que una chava esté a cargo de él, pese a sus condiciones de vida y saber que no tenemos que viajar a un país en plena guerra para tener corresponsales que verdaderamente arriesguen su vida. Aquí tenemos la nuestra…

En un país donde todo pasa y de poco nos enteramos porque los medios de comunicación tradicionales nos dan atole con el dedo. Ellos nos dictan qué debemos creer, pensar, a qué equipo de futbol hay que irle. Así es, nada más emocionante que un partido entre las Águilas y las Chivas… mientras no nos permitan ver lo que realmente sucede.

Y mientras miramos novelas de telerisa, partidos de fucho y programación gabacha, a este país se lo está cargando la chingada. No es que tengamos esperanzas perdidas, pero tampoco tenemos altas expectativas, no en un país donde los dinosaurios gobiernan, los diputeibols nos representan y se limpian con el dinero del pueblo y la mayor parte de sus habitantes se encuentran dormidos.

¡Está cabrauuuun!!! Por eso no puedo evitar expresar mi apoyo y admiración a Lucy, que donde quiera que esté, nos sigue reportando lo que muchos no queremos ver.

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