De los Cárdenas para los Calderón Hinojosa
“…quienes detentan el poder en México lo han convertido en un sembradío de muertos que nos han obligado a regar con lágrimas y de las que sólo han logrado cosechar amargas tristezas; aun así siguen pensando que encontrarán soluciones a los problemas atacando sólo las consecuencias sin atender las causas, cierran los ojos ante la falta de oportunidades para los jóvenes ante un campo devastado por el hambre y la miseria y desde luego ante los cadáveres de decenas de miles de mexicanos”.
Lo dijo un Cárdenas Batel, frente a Alejandro Ramírez – dueño de Cinépolis- y al actor Gael García.
No fue el que gobernó Michoacán de 2001 al 2007 sino Cuauhtémoc, el vicepresidente del Festival Internacional de Cine de Morelia que cumple diez años de hacerse presente en el corazón de Michoacán y que ha sido un verdadero fenómeno cultural reconocido en el mundo cinematográfico como una plataforma para directores, productores, actrices y actores que desean cimentar su carrera en esta industria tan competida y celosa.
Las palabras de Cuauhtémoc Cárdenas Batel en la inauguración del Festival el sábado pasado son simbólicas por la coyuntura social en la que Michoacán se encuentra inmiscuida. Lo dijo un miembro de la familia con mayor poder político desde los años treinta y con una influencia destacada dentro de la izquierda partidista e intelectual en México. Su padre, también Cuauhtémoc, fue gobernador del estado en 1980 y años más tarde fundó el PRD con una fuerza natural en dos de las regiones michoacanas ahora castigadas por el crimen organizado y por la desigualdad social histórica que lleva a cuestas durante décadas: la Meseta Purépecha y la Tierra Caliente.
Bastiones del cardenismo que han sido trastocados por una estrategia hostil del presidente de México con el pretexto ya conocido de la guerra absurda contra el narcotráfico, que no ha dejado más que sangre derramada y desolación entre la población de aquellas zonas.
Cárdenas Batel lo dijo con las palabras correctas y sin una sobrante. La violencia ha sido el pretexto del poder para permanecer y mantenerse, por lo menos los Calderón Hinojosa después de estos seis años de sangre, hicieron de Michoacán el capricho por adueñarse de ese poder del que se habla y que no pudieron arrebatarle a los descendientes del general Lázaro Cárdenas.
A menos de treinta días para que Felipe Calderón deje el poder, la familia Cárdenas remata con ese reclamo, dejando en ridículo al presidente.
Una despedida con recordatorio: que le vaya bien en Harvard, o a donde quiera que se vaya. Michoacán seguirá siendo políticamente de los Cárdenas. Y así parece ser.
Chapulines:
1. Y el señor Cuauhtémoc disfrutando del desayuno el domingo en el hotel Virrey de Mendoza, frente a la catedral de Morelia. Sonriente se dejaba entrevistar y tomarse fotos con los comensales. Disfrutando, pues, de su popularidad. No ha habido mejor momento político para él.
Twitter_ @paulalcantar
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