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Se va, se va, se fue

Por Ann

 

Se va y no vuelve
Se va y no vuelve

Todo pasa: el tiempo en el trabajo, en la escuela, con la familia, en la pachanga, con los cuates y cuando menos cuenta nos damos, ya se fue y no va a regresar nunca jamás, aunque lo ruegues y lo implores, se fue y no volverá. El tiempo, tan intangible pero tan valioso aunque a veces ni le prestemos atención o no le demos importancia.

Se nos va de las manos como si fuera agua; me pasa seguido que hago cuentas y resulta que hechos que creía recientes ya están en el pasado no tan cercano. De repente, me vienen a la cabeza tantos momentos que disfruté pero también otros tantos que sufrí, lloré y que, pensándolo bien, ni valía la pena tanto desgaste físico y mental. Algunos otros momentos me hubiera gustado disfrutarlos más y otros de plano evitarlos.

A veces creo que, por más que intentemos evitar algún suceso,  aún así y tomando toda clase de precauciones, pasará.  Sin embargo, lejos de lamentarnos y vivir del pasado, hay que disfrutar lo que tenemos ahora. Si bien los changazos duelen, sirven para no volver a regarla y sobre todo aprender. Dicen que lo que no nos mata nos hace más fuertes, antes no lo entendía pero luego de que el tiempo me ha curtido, creo que es una verdad absoluta.

Tal vez no regresaremos a ese momento que nos hizo tan dichosos o no podremos remediar ese fracaso o ruptura de corazón, pero para eso tenemos el presente: para sembrar lo que tendremos mañana. Vivir en el pasado o el futuro es una pérdida total de tiempo porque se desperdicia lo que tenemos ahora. Suena fácil pero es sorprendentemente fácil  vivir y disfrutar el momento, nada más requiere dejar a un lado nuestra terquedad y estulticia.

Y ya para no marearlos, les dejo aquella épica frase del maestro  Oogway : “El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el día de hoy es un regalo. Por eso se llama presente”.

Acá les dejo una rolita para su deleite, tómense unos minutos para disfrutarla:

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