I Informe (o rendición de explicaciones) // By Camila Cienfuegos
Por Camila Cienfuegos (La de la tenencia de San Miguel)
“El mensaje del Primer Informe de Gobierno, concluyó con aplausos de los presentes, como una muestra de reconocimiento franco al trabajo realizado a lo largo de este primer año de Gobierno”, así versa el último párrafo del boletín oficial del primer informe de gobierno del presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar. Y como dijera la frase popular: “y si no me quieren pos me quiero yo, si no me aplaudo ¿entonces quién?”.
El problema con prácticamente todos los gobernantes es que no saben distinguir entre el elogio pagado y “el reconocimiento franco”. Se les olvida que entre el aplauso de los presentes y el reconocimiento del ciudadano de a pie hay una diferencia abismal. Alfonso Martínez tiene experiencia como legislador pero aún está lejos de ser un buen administrador. Sus constantes yerros bajo el contubernio de una camarilla de incondicionales del neopanismo podrían costarle más que la reelección.
Confieso que en su momento me gustó la idea de un candidato independiente, y Alfonso se vendió con ese perfil de manera inteligente. Lo que luego no me cuadró es que gracias al apoyo de viejos políticos priístas, se le colocó en el pedestal que hoy ostenta como alcalde. La turbia composición de sus más cercanos colaboradores han hecho de este “gobierno independiente” una suerte de arribistas del poder que en menos de un año, lograron invertir la positiva popularidad que alguna vez tuvo Ponchis, especialmente el arquitecto de la llamada “reingeniería” y las políticas “transversales”: Antonio Plaza Urbina, cuyo poder tras el trono, lo hicieron construir un desfiguro gubernamental llamado “Secretaría de Efectividad e Innovación Gubernamental”, cuya comodina posición le permite tener injerencia en prácticamente cualquier tipo de asuntos de la municipalidad.
Es por eso que hoy reitero: más que rendición de informe, lo de Alfonso debería ser una rendición de explicaciones.
LOS POBRES DE LA IZQUIERDA
Yo no veo mal que un político tenga casa, carro y demás propiedades siempre y cuando no se salgan de la lógica de su salario. De hecho, más que confianza, me inspira desconfianza un político cuya totalidad de su vida productiva no ha logrado generar un patrimonio sensato que le permita dignidad para su futuro retiro. Es el caso de tres exjefes de gobierno capitalinos: Cuauhtémoc Cárdenas, Marcelo Ebrard y más recientemente AMLO, en cuyas declaraciones patrimoniales no hay más más allá de algunos viejos vehículos y cuentas bancaras que rondan entre los 10 mil y 100 mil pesos ¿o sea? ¿Me quieren decir con ello que son taaaaaaan decentes que no tienen ni en qué caerse muertos? La justificación de AMLO es que ha heredado todo en vida, y creo que eso es legítimo, pero de ahí a pretender navegar con una bandera de austeridad que ronda la miseria, me parece un discurso para párvulos.
EL MALASUERTE
El locuaz político, Gerardo Fernández Noroña, sufrió un violento asalto recientemente. Nadie le desea algo malo a nadie, incluso a políticos tan lenguaraces como Noroña pero, una no puede dejar de pensar en ese meme que ha circulado ampliamente por las redes, en el que al darse cuenta que se trata de un político, el asalto se convirtió en una suerte de reembolso.
AHORA RESULTA
Pues la novedad es que el consejero del IEM, Jaime Rivera Velázquez, inexplicablemente terminó convirtiéndose en el malo de la película llamada “Fraude financiero en el IEM”. La investigación del periodista Andrés Resillas que revela el grotesco dispendio del consejero presidente, Ramón Hernández Reyes, dio un vuelco de último minuto cuando Rivera Velázquez admite el exceso en los bonos y hasta su rechazo a uno de ellos, lo cual lo llevó a convertirse en blanco de ataques por parte de otros consejeros y funcionarios electorales, uno de ellos, el representante del PAN, Javier Mora Hernández, quien luego de fustigar al catedrático universitario y calificarlo de protagónico, dijo que el IEM es de los más transparentes a nivel nacional y que “no se ha detectado ninguna regularidad”.
DELEGACIÓN OLÍMPICA, UN CASTILLO DE NAIPES
Los deportistas amparados bajo el socialismo o capitalismo ha demostrado mucha eficacia excepto en un sistema como el mexicano, en donde la inversión pública se aplica mal y al sector privado poco le importa invertir en los talentos deportivos nacionales.
El pobre desempeño de los atletas mexicanos tiene su razón de ser no solo por el bajo nivel de competencia, sino porque esta pobreza se refleja en la nula atención del sector público y privado; de ahí que no es exagerado decir que uno de los principales responsables del fracaso deportivo es el antaño comisionado Alfredo Castillo, de quien ha sido más notoria su presencia en Brasil con su novia que por obtener buenos resultados en el medallero olímpico mexicano.
¡¡¡Excelente lunes para todoooooooooooos!!!