Ya casi te nos vas Calderón
A Felipe Calderón le quedan 15 días en el poder. Se supone que a partir del 1 de diciembre, del próximo mes, ya no vivirá en Los Pinos aunque algunas reseñas periodísticas argumentan que ya dejó aquella residencia para dejarle el paso libre al que viene, con todo e hijastras incluidas.
A partir de esta semana se hablará notablemente de los resultados pobres que dejará el segundo presidente panista de México y casi nada de lo poco que logró como mandatario. Y es que no hay como ayudarlo, ni cómo los mismos panistas podrán defender el desastre político que deja inclusive en su propio partido; ya ni hablar del desmán y descontento social que siempre implicó su gobierno, tan lleno de soberbia y de lo que le llaman en mi pueblo “amachinamiento”.
Conozco a muy pocas personas que meterían las manos al fuego por Calderón. Aquellos que votaron por él por miedo en el 2006, hoy se arrepienten. Sólo los miopes defienden la gestión de éste como un verdadero avance democrático, cuando reducen lo propio a la estabilidad económica que hoy México tiene frente al mundo. Que estamos mejor que España, Francia e Italia. Por ello el ITAM lo congratula con un premio que sólo a ellos se les pudo ocurrir. Una mentada para sus alumnos porque al país realmente no le importa.
Entraremos a una etapa incierta para México del que tanto nos costó librarnos durante 70 años. Con Peña Nieto al frente –o ya no sé si Videgaray o Beltrones; da igual- no se siente un ánimo revitalizador sino una resignación de que las cosas no cambiarán sustancialmente y que nuevamente estaremos a merced de las buenas y malas voluntades de esta politiquería partidista que sólo se da entre acuerdos turbios.
¿Dónde está el ánimo nacional para recibir a este nuevo presidente?
Calderón se va y deja un desánimo más profundo que Fox. Deja un desaliento a la democracia de este país, un desánimo colectivo que ya ni López Obrador puede reestablecer aunque escriba libros y prometa algo diferente con MORENA.
Lo único que queda es la movilización social pacífica; algo nuevo tiene qué pasar. Adiós señor FECAL, que le vaya bien.
Chapulines
- ¿Cuándo madurará la izquierda partidista?
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