Todas las letras (segunda entrega)
Por Alberto Luquín
La semana pasada conté la anécdota de cómo dos réplicas naufragaron de mala manera. Que ninguno de los comentaristas conociera a detalle sus propias evidencias me recuerda, de algún modo, a lo que hacen los escolares que copian y pegan lo primero que aparece en Google sobre el tema de su tarea sin siquiera molestarse siquiera en leer el texto completo.
Hace algunas semanas, por ejemplo, la periodista Lydia Cacho retuiteó una nota de sinembargo.mx que trata de un proyecto artístico acerca de leyendas urbanas de gamers. Si bien respeto mucho su trabajo (excepto cuando pide censurar lo que no le parece), no es la primera vez que el periodismo mexicano comprometido, en supuesto ejercicio de la investigación y crítica, cae en estas cosas.
Sin ir muy lejos, Proceso publicó, con toda seriedad, una nota del sitio humorístico Ciencia Seminal sobre las declaraciones de una diputada panista acerca del matrimonio entre invidentes. La voz corrió y el asunto fue tomado por muchos como un agravio más contra el pueblo bueno. Pero no sólo Proceso se ha fusilado noticias de este tipo; también El Deforma ha sido, en más de una ocasión, plagiado por SDP.
Otro caso célebre es el de Alfredo Jalife, quien ha citado como fuentes a The Spoof y Sorcha Faal. En el primer caso, tenemos de nuevo a un periódico satírico; en el segundo, al portal conspiranoico de una monja rusa con acceso a los archivos de la DFS que cada mes nos promete el apocalipsis bíblico ¿Su excusa? “En el siglo XIX los periódicos satíricos publicaban la verdad encubierta”. Para variar, es hora que no se retracta.
En nuestra prisa por compartir noticias con las que nos sentimos ideológicamente compatibles, leemos sólo los titulares y prescindimos del contenido. Esto no sólo ocurre con el texto escrito, pues también se ha vuelto frecuente el reciclaje de fotografías. Pareciera que, en algún momento, nuestra capacidad de distinguir lo real de lo ficticio se ha difuminado.
Algo así ocurrió hace unos días, cuando Herodes Bretón publicó que el gobierno federal daría a Raúl Salinas de Gortari una supuesta Coordinación para la Privatización de PEMEX. La nota rodó y rodó, con y sin la firma de cierre “28 de Diciembre”. La lectura de los indignados comentarios, tanto en el original como en las versiones que circularon por Facebook, fue de mucho pasatiempo.
Una oposición cuyo activismo se limita a reproducir notas sin análisis previo y enfurecer por chistes que se han tomado en serio difícilmente puede pasar del exabrupto ocasional y alcanzar la madurez crítica necesaria para proponer (y sostener) un cambio tangible.
Posdata. Y mientras la CNTE se desgañitaba en la calle, el Congreso aprobó la Ley de Servicio Profesional Docente. Me pregunto: ¿por qué insistir en esa estrategia de marchas y plantones, cuyo resultado es nulo y sólo consigue despertar al pequeño reaccionario que todos los clasemedieros llevamos dentro?
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