Lucrando con la miseria humana
Por Fernando Juárez «El Sargento»
La semana pasada se realizó el Teletón, evento que ha sido criticado por organismos internacionales por mostrar casos de absoluta tristeza y desesperación con el solo fin de obtener el dinero del pueblo de México para poder lograr la evasión fiscal que permite de manera descarada la ley.
Dicha evasión es posible pues la ley fiscal señala que si una empresa privada se dedica a alguna función que debería ser obligación del Estado recibirá premios o privilegios fiscales de acuerdo con el capital que aporte o diga aportar.
Televisa es el más claro ejemplo de la impunidad de nuestro país, mientras las quejas se amontonan, donde se dice que es un proceso sumamente largo para poder ingresar a algún niño a rehabilitación y que solo aceptan casos donde no se les tenga que invertir tanto tiempo y que la recuperación o mejora del niño sea segura.
Ni hablar del proceso para ser voluntario donde los horarios y exigencias darían la impresión de que se está recibiendo un pago por el esfuerzo.
Los CRITS, todos sabemos que son elefantes blancos, no hay personal, solamente en fechas relevantes para la institución, no hay gente siendo rehabilitada, solo cuando se acerca el Teletón, de hecho se han vuelto responsabilidad de los Estados donde se construyen, pues al parecer solo los levantan y ya después dicen que no alcanza el presupuesto así que es un gasto extra para el gobierno.
Otra manera de lucrar son esos realities donde nos presentan casos donde la miseria y la ignorancia son el principal ingrediente, que van de la exageración a la burla en cuestión de segundos y donde dejan a los participantes con más problemas de los que llegaron. Aunque ya se ha identificado que la mayoría de las veces meten actores de sus escuelas de actuación para caldear más los ánimos o crear más problemas. Una especia de improvisación cómica.
Por si creían que solo le tiraba a la empresa de don Chabelo, les recuerdo que los otros hacen lo mismo pero son un poquito más discretos con colectas quincenales donde se proponen a reunir poquito para diferentes grupos marginados o apoyar temas que a nadie le importa, como recoger basura y plantar arbolitos, todas cuestiones que debería solucionar el gobierno y que se convierten en puertas abiertas para el lavado de dinero y el desvió de recursos.
De nada han servido las campañas para frenar dichos abusos y excesos pues nadie escucha y la ley no cambia para evitarlos. Al parecer una vez más nos encontramos en un momento donde la ley es hecha para y por los poderosos y donde el último en enterarse y ser beneficiado somos todos nosotros.
