Historia del ingeniero que no era y el veneno que no curaba II
Por Alberto Luquín
La semana pasada escribí sobre un producto milagro llamado OxyTAM. Esta semana hablaremos un poco sobre Juan Manuel Lozano Gallegos, su “inventor”. Y conste que si entrecomillo la palabra es porque destilar el peróxido de hidrógeno es tan novedoso como inventar el agua tibia, pues hay patentes para aparatos de destilación registradas desde 1938.
Lozano ni siquiera es un charlatán original (como sí lo es Deepak Chopra): la idea de tomar diariamente gotas de peróxido de hidrógeno al 35% se remonta a 1982, si bien algunos supuestos de la “terapia oxidativa” derivan de las investigaciones de William F. Koch y Otto Warburg. Desde entonces, no es raro encontrar un anuncio imposible: oxígeno líquido que todo lo cura, en pequeños y cómodos goteros.
El “ingeniero” (también entrecomillado, pues carece tanto de título profesional como de la formación correspondiente) presume de autodidactismo. Eso no está mal, la historia está llena de autodidactas geniales. Los problemas empiezan cuando se ha aprendido mal y se cree lo contrario, como nuestro inventor, quien ha aparecido hasta en Discovery Channel presumiendo creaciones que ni son suyas ni están bien hechas.
Los inventos y colaboraciones enlistados por él mismo en su página web (http://www.tecaeromex.com, una empresa que sin registros ni permisos, por cierto) y sus revires a nuestros cuestionamientos (desde “estás a sueldo de la mafia médica”, “eres parte de una secta de ateos que quiere destruirme” y “me tienes envidia” hasta amenazas contra la integridad física) me hacen pensar en el efecto Dunning-Kruger.
Como indica Daniel Zepeda (http://www.papaesceptico.com/que-es-un-esceptico/juan-manuel-lozano-gallegos-supuesto-inventor-cientifico/), prácticamente ninguna de las afirmaciones que hace Lozano Gallegos sobre sí mismo es cierta. No ha trabajado para la NASA o Swiss Copter; sus aviones y aparatos no son suyos, trabaja con motores que ya nadie usa y los videos de sus “vuelos” en rocket belt más bien parecen una parodia.
Regalar muestras de un producto tóxico a una madre desesperada porque su hijo tiene cáncer después de “sugerirle” que debe abandonar las terapias basadas en evidencias va más allá de la charlatanería y raya en la criminalidad Y es peligroso en la medida en que la ignorancia científica convierte a los pacientes y sus familias en clientes cautivos de un producto tan ineficaz como perjudicial.
Posdata. Que la alcaldesa de Monterrey le entregó la ciudad a Jesucristo. El milagro se dejó sentir casi de inmediato, la noche del 9 de junio y madrugada del día 10: tromba, granizo, tormenta eléctrica. Novata. Le hubiera entregado la ciudad a Thor.
Fuentes:
1. http://www.quackwatch.org/01QuackeryRelatedTopics/Cancer/oxygen.html
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