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¿El hábito de la lectura?

Por Oswaldo Calderón

Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.
Actor de la vida, intérprete de mis sueños, drag queen por terquedad, escritor sin fama, ensayista sin futuro, cuentista a ratos, poeta fracasado, pero principalmente buen hijo, mejor amigo y con fecha de caducidad. Mi espacio personal: http://vampirujeando.blogspot.mx/ , Espacio literario dedicado a la diégesis de la vida y la narrativa vital de cada individuo; la poética urbana y sus personajes citadinos formaran parte de la dramaturgia coloquial; al final las historias metropolitanas serán las protagonistas del cuento de nunca acabar.

Mucho se ha dicho acerca de la lectura como hábito, el gobierno mexicano a últimas fechas parece que en verdad se preocupa por el rezago educativo del país, pero esto es una ilusión. ¿A los gobiernos les convienen ciudadanos mejor preparados? Sólo a los gobiernos honestos. Un país atrasado educativamente es políticamente mejor y sirve de forma adecuada a los intereses de un gobierno como el nuestro. ¿De dónde viene la sincera preocupación por formar lectores en nuestro país? No existe tal.

La educación sentimental del pueblo mexicano la provee las telenovelas; la educación religiosa en nuestro “laico” país viene del púlpito, “La rosa de Guadalupe” y “Cada quien su santo”; en tanto que la educación moral y legal del pueblo, viene de los programas denominados como talk show; es decir, los medios nos ofrecen gran mayoría de la tendenciosa y mala educación; por último la educación académica es proporcionada por el sistema educativo del país. ¿Será cierto? Si usted lee más ¿Está más preparado? Depende de lo que lea. ¿Ir a la escuela garantiza el éxito académico? No. ¿Es lo mismo leer a Platón que el “cuento vaquero”? Dependerá de la intención aristotélica. ¿Es lo mismo leer a Carlos Loret que a Paty Chapoy? Es lo mismo.

El gobierno insiste en que es importante leer y por consiguiente crear un hábito de lectura. Un hábito es aquella práctica adquirida por la repetición. Para mí es un hábito bañarme todos los día e incluso ir al gimnasio, pero leer no es para nada una destreza adquirida por la frecuencia casi mecánica de la repetición. Leer bien incluye razonar, entender lo que se está leyendo para poder ser creativos y críticos. Las campañas de publicidad nos alientan a ser lectores pasivos, no a ser autores; no es lo mismo leer un artículo de política que asimilar el contenido, rebatirlo, ponerlo en duda, hasta incluso negarlo. Al gobierno no le interesan los ciudadanos que asumen posturas. A las televisoras no le importan los lectores ni los ciudadanos educados, se le acabaría el negocio.

La próxima vez que lea, le sugiero que primero investigue quién lo dice y por qué, para qué lo dice; no se deje amedrentar por las grandes personalidades que escriben, incluso ellos tienen sus propias posturas y subestiman la capacidad del lector; es más, ponga en duda lo que acaba de leer. Recuerde que el “hábito no hace al monje”, ni leer más inteligente.

Agradeceré sus comentarios en este espacio.

Y nos saludamos en el tuiter. @oswaldisimo

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