SOFTNEWS

Buscando casa… el desafío primario

Por Luis Fabián Fuentes Cortés

La lluvia caía ligerita. Todo parecía definido y solo me quedaba barajar opciones, nada me convencía… En ese momento llegó, fue amor a primera vista. Pero con un poco de experiencia, uno sabe que no se puede arriesgar y ofrecer todo su capital a la primera mirada, uno debe darse a desear.  Ella me miró a los ojos:

– En realidad quiero que te quedes. Pareces buena persona y puede empezar así, pero,  pueden pasar muchas cosas…

– Es que no es lo que estoy buscando, quiero algo más… no sé cómo decirlo… no es usted, soy yo…

– Aprovecha ahora. Además, no me importa lo que hagas de tu vida, puedes estar con quien quieras mientras estés conmigo…

– Es muy apresurado darle un sí ahora. Además, quiero conocer otras cosas, otras personas…

– De acuerdo ¿y si te pongo el cable, la luz y el internet y tú solo pones el gas?

– Me parece bien ¡Usted se acaba de ganar todo mi amor!

Palabras más, palabras menos, fue como cerré el trato con la dueña de mi actual departamento. Pero, para los estudiantes que hemos llegado a Morelia, encontrar un lugar limpio, agradable, tranquilo, que brinde privacidad, con buena ubicación y al alcance de nuestro bolsillo es una tarea complicada y nada romántica. La renta de espacios para estudiantes en esta ciudad es un negocio de mafiosos. En mi ciudad la renta de una casa es de $ 2000 a $ 3000 en zona céntrica. Entonces, impacta que un cuarto de 3 x 3 alcance hasta los $ 2000. Una vez que te resignas, seleccionas cuales están al alcance del bolsillo y comienza el ritual de visitar cada lugar para verificar el dechado de virtudes que dice  en los anuncios.

Mi primera selección me llevó a un edificio viejo. El dueño no se encontraba. Me atendió uno de esos inquilinos  que alegan vivir ahí desde la fundación del edificio. Algunos son buena onda y te proporcionan información valiosa como rutas, ubicaciones o reglas de convivencia; en otros casos, nos encontramos con un capataz del edificio que considera que su antigüedad le da derecho de decirte que hacer “su casa”. Pese a su aspecto de asesino en serie, el tipo era muy amable. Sin embargo, lo que me mostraron era digno de una casa de terror. El lugar tenía un aroma delicioso: la mezcla de humedad, mierda y orina se conjugaba de tal manera que podía saborearse hasta la garganta. Cuartos improvisados, separaciones de tablaroca,  tuberías o columnas a mitad de las habitaciones y baños compartidos con regaderas comunales donde puedes compartir más que un amistoso saludo. Algunas de las “habitaciones” no tenían ventanas y podrían ser utilizadas como cuartos de seguridad  o como cámaras de tortura… “Aquí es tranquilo y todos vivimos a gusto” señaló el tipo con una sonrisa de tiburón… “Está bonito, pero quiero ver más lugares, si no encuentro nada mejor regreso”…

Mi travesía me llevó a una casa regenteada por una doña de no más de metro y medio de estatura, de unos cincuenta años de edad que era escoltada por un pony con cabeza de perro, imagino que, en lugar de tomar la combi, como cualquier persona normal, sale a cabalgar en esa criatura que es prácticamente de su estatura. “Napo es muy tranquilo y pasea aquí por la casa, se lleva muy bien con los inquilinos… Se cierra la puerta a las 9:00 pm, no se permiten visitas y nadie hace ruido”. Siento un vacío profundo en mi alma cuando pienso que no podré tener una amistad con Napo pero no quiero una habitación que incluya mamá y menos una tan hostigadora y que además me cobre la renta. Imagino que esas reglas las crean por los alumnos pubertos de licenciatura recién llegados que vienen en onda de: “¡soy libre! gastaré el dinero de mis padres en pedas diarias y haré todo el desmadre posible ahora que no tengo quien me regañe”. Pero, a mí me gusta tener libertad de llegar a la hora que quiera y visitas para trabajar, tomar un café, tener sexo, sin hacer barullo y por lo tanto sin que nadie me regañe.

Mi tour me llevó a varios lugares más, sin mucho que comentar,  alguno donde una pared era un ventanal que daba a un pasillo, de tal forma que uno no puede ni masturbarse sin pensar que quien pase podrá chutarse parte de tu vida y andanzas. Perros escandalosos, accesos por escaleras peligrosas no aptas para borrachos… y ahí es cuando piensas que jamás encontrarás el lugar de tus sueños y que si lo que hay no es perfecto, al menos es real, así que comienzas a elegir. Pero en mi caso, cuando dejé de buscar, llegó el amor de mi vida, un depa muy barato a unas cuadras de CU…

Si creen que terminaré dándoles algún consejo práctico de como buscar un lugar donde vivir, están leyendo en el lugar equivocado.  Cada quien sabe lo que busca y quizá solo se trata de encontrar algo en el equilibrio, que sea lo suficientemente tranquilo para estudiar y cumplir nuestros deberes escolares y que permita tener una agenda social sin demasiadas restricciones. Así que me despido por hoy mientras disfruto la vista hacía una arboleda desde mi ventana con lluvia incluida.

About the author

About the author

Nací en Zamora el primero de enero de 1982. Diría que soy el típico capricornio, pero no creo en tonterías. Mi vida académica me ha llevado a varias partes del país: Guadalajara, Querétaro, la Ciudad de México, Guanajuato, Salamanca y Morelia. Estudié Ingeniería en Industrias Alimentarias en el Tecnológico de Zamora, la maestría en Ingeniería Mecánica en la UMSNH, institución donde actualmente estudio el doctorado en Ingeniería Química. Profesionalmente, he sido consultor de algunas empresas y docente. Estoy casado con la ciencia y la tecnología, pero me gusta ser infiel y a veces me escapo y le pongo el cuerno con la música, la poesía y la Filosofía. En ocasiones he sido activista político, cuando la causa me convence, afortunadamente mi disciplina y ética no me da para pertenecer a ningún partido político.

Changoonga.com no necesariamente adopta como suyos los choros, chorizos, morongas  y chistorras publicados en ella y deja en sus respectivos padres (autores) la responsabilidad de todas las barrabasadas y debrayes que aquí plasman, producto de las ardillas hiperactivas que habitan en sus macetas. Si te gusta, ¡dale like y comparte!

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba