2014 en 10 discos// By @indiehalda
Por Oscar Hernández
A Oscar le gusta el post-rock, Haruki Murakami, los atardeceres, el Boing de tamarindo y -para su desgracia- todo lo que engorda, alcoholiza o es socialmente reprobable. Pero hey, se la pasa bastante bien. Su columna habla del acontecer económico, político, social y cultural del DF visto por un moreliano de corazón.
Revoltoso como pocos, este año nos dejó en su loco devenir muchos sonidos que nos ayudarán a recordarlo por cosas buenas y no sólo por la debacle general. Como buen melómano, les invito a un breve pero –espero- significativo viaje por los 10 discos que alegraron mis oídos este 2104. Hay de todo para todos ¡Pásele!
- SOHN – Tremors
El trabajo de Christopher Taylor, inglés asentado en Viena desde hace un par de años y que se presenta como SOHN en los escenarios, presenta en Tremors un debut muy prometedor que hace justicia a los trabajos esporádicos que realizara previamente.
Clasificar la música de SOHN resulta un trabajo complejo: electrónica llena de claroscuros con letras que hablan del melodrama amoroso y la muerte. Suena a algo tétrico, pero los arreglos y la voz de SOHN le dan cierta luz a todo que da como resultado un trabajo reflexivo y ciertamente muy disfrutable.
LA Canción: “The Wheel” y sus glitches acompañados de una confesión de alguien que se sabe muerto “I died a week ago. There’s nothing left” Tómala, barbón.
- Sharon Van Etten – Are We There
El cuarto disco en 5 años de carrera discográfica de la originaria de Jersey nos muestra una clara evolución de su propuesta de folk e indie rock, la cual acompaña con su particular y fantasmagórica voz.
Consentida de The National (el líder y vocal Aaron Dessner ya produjo su trabajo anterior) y del mismísimo Nick Cave (a quien telonéo su gira del 2013), el sonido de la señorita Van Etten es meloso, a veces tristón, a veces esperanzador, pero siempre disfrutable. Digna heredera de las divas noventeras del género.
LA canción: la cortavenas “Your love is killing me”. Ese coro que dice “Break my legs so I won’t walk to you, cut my tongue so I can’t talk to you, burn my skin so I can’t feel you, stab my eyes so I can’t see” con una batería casi de marcha fúnebre al fondo es demoledor.
- Sam Smith – In The Lonely Hour
No gusto del pop comercial, y es por eso que anuncio con beneplácito lo mucho que disfruto de la música del señor Smith, por su capacidad de romper mi paradigma hacia la música “diseñada para las masas”
Smith, quien se catapultara a raíz de su colaboración en el disco debut de Disclosure, nos da una muestra del poder de su voz en 10 canciones listas para ser sencillos y escalar en las radios de todo el mundo. Aderece su capacidad vocal con la humildad de veinteañero viviendo el sueño de la fama sanamente y tenemos a “el siguiente gran show” para la segunda mitad de la segunda década del siglo. Será mejor que Adele saque un segundo disco espectacular, que ya le llegó competencia.
LA canción: “Money on my mind” con su ritmo alegre y un coro que te hará intentar llegar al tono de sus coristas cada que lo escuches.
- Black English – NO (El Prado)
La soleada tarde del 11 de octubre de este año, después de escuchar las últimas 2 rolas del toquín de Deafheaven en el Corona Capital me moví unos cuantos metros para ver tocar a una banda que en mi vida había escuchado. Y qué buena sorpresa me llevé. Con un sonido que inevitablemente evoca a The National y Snow Patrol pero bajo un prisma mucho menos abstracto e introspectivo y sí mucho más alegre, en poco más de media hora me hice fan de Black English.
El primer disco de estudio de la banda californiana es una muy grata sopresa: un indie rock sin pretensiones pero si muchas aspiraciones, con un sólido acto en vivo. Sin duda algo que volvería a ver. No en vano telonearon la gira de Yann Tiersen. Una banda a quien seguir en el futuro.
LA canción: “Monday” y un deseo que se hace mío: I just want a happiness year.
- Mr Twin Sister – Mr Twin Sister
Como ávido consumidor de dream pop, el disco homónimo del quinteto de Long Island fue un caramelo sónico muy sabroso: etéreo, sensual, suave al oído. Una joya.
Siendo apenas el segundo disco en 6 años de trayectoria musical, Mr Twin Sister se movía hasta este año en circuitos underground de la amplísima escena musical independiente del este norteamericano. Un gran segundo disco lo colocó en el radar de los sitios independientes de mayor renombre, por lo que no dudemos escuchar más de ellos. Fans de Charilift, no lo duden y denle play.
LA canción: la deliciosa “In the house of yes” con sus arreglos de cuerdas, vientos y piano. Un festín de chill wave para una tarde de paz.
- Shamir – Northtown
Ah, la frescura de este chaval que apenas entra a los 20´s me hace recobrar la fe en un futuro de la música que no sólo sea Justins, Mileys, Selenas y Directioners. Con un contexto musical que igual toma del dance, del folk y del punk.
El primer EP del oriundo de Nevada suena a lo nuevo de un viejo conocido: beats eficientes, una voz contratenor andrógina que a veces suena a Prince y a veces al Michael Jackson adolescente y letras pegajosas. Empecé a seguirlo en Twitter y anda pásandola bien con su música por Europa. Favoriteó mi petición de venir a México, y con gusto iré a verlo si se anima.
LA canción: “Sometimes a man”: ese tributo enérgico al dance noventero viajado y espectacular.
- Erlend Oye – Legao
A 5 años del último trabajo de Kings of Convenience y con el anuncio este año de la disolución de The Whitest Boy Alive, el noruego favorito de la escena independiente se fue a vivir a Sicilia para componer un disco que, como su nombre en portugués lo dice, es pura buena onda.
Si no han escuchado nada del oriundo de Bergen, se han perdido de uno de los genios creativos más polifacéticos, con una evolución de su sonido que ha ido de lo folk y electrónico en la década pasada hacia algo más orgánico, con pianos, guitarras electroacústicas y un show en vivo con banda (para este disco se acompaña de un grupo de islandeses barbones muy efectivo)
Letras de amor y desamor, alegrías miedos y esperanzas, con un sonido que de tantas influencias pudiera ser concebido hasta como indie world music, el nuevo trabajo del señor Oye está listo para aderezar cualquier reunión entre amigos listos para la copa y la charla.
LA canción: “Garota” balada postmoderna con un video que narra el crush entre Erlend y una linda cantante Sudcoreana con un ritmo que bien pasa por bossa-nova revisitada. Una maravilla.
- Mac Demarco – Salad Days
Si hay algo que me encantó de este disco, es que se parece tanto a muchas cosas y a la vez no que el resultado es una mescolanza maravillosa.
La tercera placa de este canadiense muestra un estilo tan definido en su indefinición que le ha valido aplausos por todos lados, aunque también le han llovido críticas ante lo excesivo de sus shows en vivo, donde el desnudismo y el humor soez son constantes que han ocasionado más de una molestia.
Suena entre shoegaze, entre jazz del nuevo siglo o entre uno de esos subgéneros del pop que suenan como a nombre de Pokemon. Es más, en una de esas van a encontrar en las guitarras rasgos de esos grupos hyper-melosos que a las mamás les gustaban en los noventas como los Yonic’s o Los Temerarios ¿Y saben qué? Todo en conjunto suena bastante bien. Jizz Jazz le llama el señor Demarco a su estilo, y de que suena distinto eso nadie se lo niega.
Denle una oportunidad al sonido de los días de ensalada y encontrarán muchos lugares disfrutables.
LA canción: “Goodbye weekend”, una guitarra con resaca y la voz de Mac cantando “Goodbye weekend, so long Darling, Macky’s been a bad bad boy”.
- The War on Drugs – Lost In The Dream
Lo admito: no fue hasta este su tercer LP que escuché de esta banda formada en Philadelphia en 2005 por Adam Granduciel, de quien supe por su amistad y colaboraciones con Kurt Vile (por cierto, el “Wakin on a pretty daze” de Vile fue mi disco favorito del 2013. Una bomba). Muy pronto corregí el error de ignorar a uno de los tesoros escondidos de la música americana.
A The War on Drugs lo caracteriza la grandilocuencia en sus guitarras, que nos recuerda a Sonic Youth o a My Bloody Valentine y unas letras finas: un “Philly rock” tan bueno como siempre.
Este año fue de ensueño para la banda. Aplaudido por toda la crítica independiente, el álbum resultó ser la consagración definitiva de un proyecto que por sus trabajos anteriores sólo requería un poco de atención mediática para revalorizar su propuesta.
No dudo comenzarán a ser obligados de los festivales más importantes de EU y Europa, y cruzo desde ahora los dedos para poder verlos en vivo por acá. Sin duda un estandarte de la interminable nueva ola Americana, que tantas cosas buenas nos ha dado.
LA canción: “Under the pressure”, canción cálida como cobija en invierno, por momentos energética pero un realidad un valle de piano y guitarra que se disfruta de principio a fin.
- JUNGLE – JUNGLE
El Reino Unido nunca nos falla, con décadas de una interminable cepa musical. Y lo mejor es que cuando uno pudiera creer que la fuente se seca y ya no hay “Next big things” en el camino, el archipiélago nos sorprende con lanzamientos como el de este dúo londinense.
JUNGLE podrían haberse ido por el camino del par de DJ’s detrás de las tornamesas que hacen brincar a todo mundo, pero el concepto de Tom McFarland y Josh Lloyd-Watson -tanto en lo estético como en lo musical- buscaba trascender de los beats vacíos y el culto al ego común en la EDM, y así crearon algo mejor, con una banda y un coro que convirtieron los sonidos en algo vivo, un funk novedoso, rico en texturas, menos para las masas y más para la música. Una idea excelente.
El álbum homónimo, que les valió una merecida nominación al Mercury Prize, es un viaje electrónico-funky-old school al 2014, a este momento y lugar. Verdadera música contemporánea, que seguro estaré escuchando en unas décadas para recordar este año difícil y maravilloso. Y que describirá con precisión milimétrica los miedos y esperanzas de este ciclo que acaba. Una promesa en forma de un disco que se queda conmigo para empezar los años que vienen.
LA canción: La apoteósica “Busy earnin’” con sus capas de sonidos, sus falsettos exactos y su explosión de energía, que es imposible despreciar. Una melodía poderosa.
Nos leemos por acá para comenzar el 2015. Gracias a todos por su lectura.