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Las canastas y arcones navideños con botellas de vinos, y productos exquisitos, entran y salen del Congreso de Michoacán, mientras doña Ana María Ramírez, una profesora moreliana jubilada de la Secretaría de Educación, espera que alguien le preste atención al portar una cartulina donde señala que no le han pagado una compensación de 25 mil pesos que le deben desde el 2012, año en que se retiró del servicio.
Manifestante solitaria, ella señala que no tenía contemplado manifestarse, pero al ver tanto movimiento en la llamada “máxima tribuna del pueblo”, se le ocurrió hacer algo al respecto:
“No tenía pensado manifestarme pero ví que estaban saliendo, vi movimiento y fuí a la papelería, compré una cartulina y aprovechando que ya tenía yo idea de manifestarme lo hice. Sé que nada más estoy yo, pero quiero que al menos sepan que ese dinero nos deben a los jubilados”, comenta al ser abordada por este medio.
Explica su situación: “En el momento que nos jubilamos nos corresponde un seguro de retiro por 25 mil pesos, tramitado en Met Life, yo hice todos los trámites correspondientes en mayo 2012 y para septiembre me dijeron que se depositaría el dinero, y ese cheque no me ha sido entregado”.
Agrega: “Met Life dice que el gobierno del estado no ha depositado, somos bastantes en mi caso, ya pagaron a 2014 -2015 pero de 2012 para abajo no, algunos de 2013 también están pendientes”.
Al preguntarle si no siente desatención de las autoridades a su situación, expone la señora Ramírez: “Yo espero que aquí haya persona que me pueda apoyar a hacer enlace con gobierno del estado”.
Los diputados michoacanos cobraron un aguinaldo de 30 mil pesos por tan sólo 3 meses y medio de labores, se le refiere a la jubilada quien de manera sensata expresa: “Yo no sé si cobraron ya su aguinaldo, sé que es buena cantidad, pero no me parece justo, sé que tienen derecho a sus pagos, pero no es muy acorde a lo que vivimos la mayoría, cuando hay tanta gente que no tiene ni para un pan”.
Y al ver tantos obsequios y presentes navideños cargados por los asistentes de los congresistas, apunta: “salen con ciertos regalos y cosas así pudiendo prescindir de todo eso porque ellos ya ganan un buen sueldo, eso no es congruente porque ellos deberían ser el primer pueblo”.
En tanto, mientras la señora Ramírez se quedó a la espera de ser atendida por algún funcionario del Congreso, las canatas navideñas, los regalitos, no dejaban de entrar y salir.